domingo, 31 de agosto de 2014

Grandes Marcas: por qué sí y por qué no: Cross

La compañía Cross, la más antigua de los Estados Unidos,  fue fundada en 1846 en Rhode Island por  una antigua familia de joyeros. En 1.916 pasó a manos de la familia Boss quien acabó por convertirla en una sociedad anónima en 1.971 aunque algunos de sus miembros siguen desempeñando cargos ejecutivos en la firma. Actualmente, sus productos se fabrican en China y tienen delegaciones en todo el mundo.
Los productos Cross tuvieron desde el principio una gran vocación de universalidad. Se trataba de ofrecer sus instrumentos en cualquier parte del mundo y, sobre todo, a un precio ajustado. Cross no se ha dedicado al mundo de las ediciones especiales ni ha producido estilográficas de alto precio. En general, sus productos tienden a corresponder a un segmento medio del mercado, con calidad reconocida y buena durabilidad.





¿Por qué comprar?

Las Cross son plumas de buena calidad y precio moderado, incluso en sus versiones superiores, porque están dirigidas al mercado general. Son también plumas ubicuas que se pueden encontrar en cualquier lado junto con sus repuestos y accesorios, lo que las convierte en instrumentos muy prácticos. Dedica pocos recursos a la publicidad y a las promociones lo que me permite ofrecer productos razonables a precios reducidos.
La marca es internacionalmente conocida y le acompaña una buena fama, de manera que sus plumas son suficientemente representativas y elegantes. Cuenta con una variada gama. El diseño tradicional, es igualmente sencillo y elegante sin alharacas ni exageraciones lo que la convierte en pluma de uso universal.
Ofrecen una amplísima garantía.






¿Por qué no comprar?

Las modernas Cross no son las que eran aunque sigan conservando una buena relación calidad-precio. Su diseño, si bien es correcto, termina por resultar anodino y aburrido porque todas las plumas se parecen demasiado, variando únicamente el grosor. Los materiales de construcción que usan son demasiado afines al metal, resultando plumas pesadas, especialmente las de mayor tamaño.
Los capuchones cierran a presión con los inconvenientes derivados de su falta de estanqueidad y seguridad.
El principal problema, con todo, es el plumín que, quizá por su origen oriental,  tiende sospechosamente a rascar y a ser muy seco. Solo los puntos gruesos resultan cómodos por esa escasez de flujo y casi cualquier punto fino necesita ser ajustado para que la escritura resultar agradable. El diseño de los plumines, por su parte y salvo excepciones, no suelen ser  demasiado llamativo.

(fotos: Cross)

Personajes con estilográfica (I): Camilo José Cela

Doy comienzo aquí a una nueva sección que podría caificarse de "pequeño diccionario de autoridades" parafraseando divertida y conceptualmente al genuino, basado en el uso de la estilográfica por parte personajes que las han tratado "con la mayor propiedad y elegancia: conociéndose por ellos su buen juicio, claridad y proporción, con cuyas autoridades están afianzadas».

Comienzo por Camilo José Cela quien escribía mucho a mano y casi siempre, al parecer, con estilográfica.




El testimonio que recojo es el de su hijo, Camilo Cela Conde, extraído de una conferencia que dictó en Murcia el año 20002, fecha en que falleció el primer marqués de Iria Flavia,:

"Para escribir la primera vez el Pascual Duarte mi padre utilizó una pluma estilográfica que conservo. Una Parker, tal vez –la marca ha desaparecido del plumín, borrada por el óxido-, de cuerpo jaspeado en tonos de nácar que tiran a verde. La pluma está deformada en su parte trasera, y él decía que era a causa del calor de la mano, pero el testimonio de un escritor puede ser puesto en duda cuando resulta tan literario. Las demás plumas de mi padre fueron ya las Mont Blanc de toda la vida, las de cuerpo grueso y negro y mucho más grandes.
El escritor se hizo vagabundo en el "Viaje a la Alcarria" y volvió a la vida de la ciudad en el "Pabellón de reposo", los libros siguientes si dejamos de lado las recopilaciones de artículos como "Esas nubes que pasan". Todos esos textos se escribieron en la casa de la calle de Alcalá, la misma en la que vivían mis padres cuando yo nací... 
Al viaje por la Alcarria se llevó mi padre lápices y unos cuadernos como los de colegial para ir tomando notas. La pluma estilográfica le hubiese sido más bien inútil. Como tantas veces se ha dicho, Camilo José Cela la utilizaba al estilo de las plumas de ave de los recados de escribir de antes, mojándola en el tintero, y se limpiaba luego los dedos –para desesperación de mi madre- en los pantalones. En la mochila enorme que se llevó para el viaje cabían, cierto es, la pluma y el tintero, y hasta el escritorio mismo casi habría cabido, de haber hecho falta. Pero los equilibrios necesarios para andar del papel al frasco de la tinta en el viaje continuo de ida y vuelta, apoyándose en el equilibrio precario de las rodillas, hubiese sido demasiado artístico incluso para quien se vanagloriaba de escribir en cualquier parte."

La Parker, por la fecha en que se escribió el Pascual Duarte, 1942, podría ser una Vacumatic aunque parece mucho más probable que se tratase de una Duofold  Junior de los años 20-30 por el tamaño y gama de colores perlados a que alude el hijo de Cela.

En cuanto a las Montblanc, la referencia está hecha a las 149 que, según confirman otras fuentes, era la pluma favorita del escritor.

miércoles, 27 de agosto de 2014

Consejos prácticos para encontrar plumas idóneas.

Recalco lo de prácticos, porque hay compras -quizá la mayoría- que se hacen con pasión y con muy poca cabeza. Hay plumas que enamoran y que se adquieren por razones nada inteligibles. Lo que pretendo ofrecer aquí es una serie de consejos mínimos para que quien quiera comprar una pluma que se propone utilizar, pueda identificar qué modelo se ajusta mejor a sus necesidades. Primarán, por tanto, los aspectos funcionales de la estilográfica.

1.- ¿Cómo escribo?

Es importante ser consciente de nuestro estilo de escritura.Los más importante es saber si tenemos una letra pequeña o grande y si escribimos  rápida o lentamente. Si tenemos una letra pequeña, conviene que el plumín sea fino para que no se emborronen los trazos. Si es grande, podemos optar por puntos medios o gruesos. Si escribimos despacio, los mejores serán los puntos secos o de flujo reducido que permitirán un trazo fluido y bien definido. Si escribimos rápido, mejor será que optemos por puntos húmedos.


(foto:Allfountainpens)

Ahora se trata de combinar ambas características y establecer el plumín básico ideal.

Escritura              Letra               Plumín adecuado

Lenta                  Grande             B, M (Seco)
Lenta                  Pequeña           SEF, EF, F (Seco)
Rápida                Grande             B, M (Húmedo)
Rápida                Pequeña           EF, F (Húmedo)

2.- ¿Cuales son las características funcionales más importantes para elegir una pluma?

El plumín y el sistema de carga. El primero, como hemos visto, habrá de adaptarse a nuestro tipo de letra y el segundo determinará qué tipo de tinta podremos utilizar. Si es un cartucho, por ejemplo, podremos utilizar menos colores y la pluma tendrá menor capacidad. Si es un pistón, en cambio, tendremos gran capacidad y gama de colores pero necesitaremos un tintero a mano.


(foto: pentorium) 

3.- ¿Para qué voy a utilizar la pluma?

Es una pregunta esencial. Si es para guardarla, para coleccionarla o para regalo, no hay consejo que valga. Si es para escribir con ella, estaremos en terreno objetivo y podremos establecer qué modelos son las más indicados para cada cosa. Doy un ejemplo de cada caso aunque, en el presente, utilizaré los modelos japoneses como referencia puramente indicativa.

3.1 Para tomar notas. Para este uso ocasional, aunque continuo, lo ideal son plumas ligeras fácilmente accesibles en cualquier momento y que puedan ponerse en disposición inmediata. El modelo que recomiendo es el Pilot VP, sin capuchón, sin problemas de arranque y gran portabilidad.


(foto: Pilot)

3.2 Para dibujar. Han de ser plumas técnicas, con gran capacidad de tinta y mucha precisión, por eso recomiendo estilográficas sencillas pero incansables con plumines finos y expresivos como la Pilot Penmanship EF o la Pilot Falcon SEF.


(foto: maymaido)


(foto: fpgeeks)

3.3 Para firmar. Dejando aparte el carácter más o menos representativo del acto, lo importante es que se trate de un punto grueso y húmedo, adecuado para trazos rápidos,  y de tinta permanente o con buena resistencia. Hay múltiples opciones pero mi preferencia personal es la de cualquier Sailor de tamaño grande con un plumín especial como el Cross.


(foto: chinapenking)

3.4 Para llevar un diario. Se trata de una actividad absolutamente privada y que se realiza por placer, de manera que es el campo adecuado para cualquier tipo de experimento expresivo. Es el momento de practicar caligrafía, ensayar letras, diseños y modelos. Buen campo para los plumines itálicos, stub, especiales o flexibles de cualquier marca. Por seguir en el mundo japonés, yo elegiría una Platinum 3776 Music.


(foto: Engeika) 

3.5 Para trabajo o estudio. Aquí es importante contar con un buen caballo de batalla. Una pluma seria, ligera, versátil y que permita escribir muchas horas con ella sin cansar ni provocar fallos. El campo de elección es amplisimo aunque, para mí,  dos modelos de referencia serían la Pilot 74 o la Sailor 1911. En una gama más modesta, la Platinum Plaisir o la Pilot MR.


(foto: pensinindia)


(foto: Sailor)


(foto: Pilot)



(foto: Platinum) 

3.6 Para viajar. Ligereza, portabilidad y buena capacidad (o buena posibilidad de recarga), son los tres requisitos básicos de las plumas de viaje. Mi opción aquí sería la Platinum Preppy o la Ohto Tasche.




(foto: Platinum)


(foto: Pixmule)

Concluyo estas breves notas recordando que, pese a todos los consejos, la mejor manera de encontrar la pluma idónea es experimentar. No olvidemos que el placer de escribir con estilográfica no suele atender a razones objetivas sino a sensaciones en buena medida ocultas y casi siempre gozosamente inexplicables.

martes, 26 de agosto de 2014

Los plumines "fude" o caligráficos (I)

Ya hemos visto cómo los japoneses adaptaron la pluma estilográfica a sus necesidades y, especialmente, cómo intentaron sustituir al pincel caligráfico tradicional. La escritura con kanjis, o ideogramas, se realizaba con pincel en vertical lo cual, apretando o aflojando la presión, confería al trazo la variación necesaria y la flexibilidad requerida para que cada línea tuviera el diseño perfecto.


(foto. calligraphywriting.blogspot)

Hemos de recordar que, al contrario de lo que sucede en la escritura moderna, la variación de grosor en el trazo es algo fundamental en aquellos sistemas en los que la caligrafía posee una entidad artística más acusada como ocurre con la árabe, la china y la japonesa.


(Atribuido a Ono no Michikaze, S. X)

En estos tres sistemas, el experto calígrafo es algo más que un escritor pues la riqueza plástica de los ideogramas o de los trazos arábigos, otorga a la obra una enorme capacidad expresiva que trasciende el mero significado de las palabras para convertirse en un arte por sí mismo.


(caligrafía por M Had'dad)

El pincel sigue usándose en la escritura tradicional japonesa, china y arábiga, pero la comodidad de los nuevos sistemas ha originado otras soluciones. Actualmente, hay dos: los pinceles alimentados y los plumines caligráficos. Los primeros son puntas de pelo o de fibra  incorporadas al cuerpo de una estilográfica o un depósito, es decir, que simplemente sustituyen el plumín metálico por un pincel.


(foto: typophile) 

La segunda solución, más antigua, es la de los plumines caligráficos. Para ello, se parte de uno estándar al que se le hacen las necesarias adaptaciones que permiten usarlo de la manera más parecida a un pincel. Se trata, pues, de que aporte la misma capacidad de variación de trazo.  Pero, a diferencia de lo que ocurre con ciertos plumines especiales, como los Sailor, no se busca una mayor expresión o polivalencia en la escritura ordinaria sino, exclusivamente, en la de ideogramas. Pretenden ser, en definitiva, el sustituto barato del pincel.


(foto: inkofmefondly.blogspot)

Fude, en japonés, significa pincel y han sido los japoneses los que han popularizado este tipo de plumín. Actualmente, también lo fabrican en China, en la India y en Pakistan pues en éste último país se dieron cuenta rápidamente de su utilidad para escribir caracteres arábigos.


(caligrafía de Osman Ozcay)

Las plumas fude pertenecen a la gama baja y son, por tanto, sorprendentemente baratas. La razón es, precisamente, su vocación de sustituir al sencillo y económico pincel por un sistema más ventajoso gracias a la carga por cartucho o convertidor, la facilidad de uso y la limpieza y comodidad general del sistema. Según parece, han tenido éxito y, aunque no han arrinconado definitivamente al pincel, son muy usadas.
Se pueden encontrar plumines fude en Japón, fabricados sobre todo por Sailor; en China, en prácticamente cualquier fabricante (por ejemplo, los modelos Duke 209, Hero 9018, Jinhao 250, 500 y X700 entre otros, Kaigelu 300), y en Pakistan (Dollar 717i). Se trata, en todo caso, de plumas baratas que oscilan entre los apenas 5 euros de algunas Chinas hasta los 15-20 de las Sailor.
No todos los plumines fude son iguales pues sus posibilidades expresivas dependen de su longitud y del ángulo de inclinación de la punta. Con 40º, la escritura es más gruesa, mientras que con 55º, las posibilidades se amplían.
En una segunda y próxima entrega analizaremos con más detalles cómo se usan estos plumines y veremos algunos modelos concretos con ejemplos de escritura.


lunes, 25 de agosto de 2014

Quién es quién en el mundo de la escritura.

A veces, los aficionados nos quedamos perplejos ante los aspectos industriales o económicos relacionados con el mundo de  la escritura que, desde luego, constituye un sector de no poca importancia y sorprendente dinamismo para su relativamente pequeño peso cuantitativo.
Me propongo ofrecer aquí un pequeño esbozo de la industria actual para que el interesado pueda saber quienes son sus principales actores y cómo juegan sus cartas. Si no es útil, sí resultará, al menos, curioso.
Actualmente hay tres grandes grupos que controlan la industria de la escritura que, como es fácil suponer, no se basa en la estilográfica sino en otros miles productos entre los cuales destacan los bolígrafos, los roller, los lápices y todo tipo de instrumentos basados en el uso de la tinta.

Por orden de importancia económica, el primer grupo mundial lo constituye la norteamericana Newell Rubbermaid que, entre otros miles de marcas, distribuye los siguientes productos de escritura: Sharpie, Paper Mate, Expo, Prismacolor, Parker, Waterman, Reynolds y Rotring. Cuenta con más de 19.000 empleados.



En segundo lugar está la japonesa Pilot que, aunque no llega al nivel de facturación de la americana, está únicamente dedicada a la escritura por lo que su importancia cualitativa es muy grande. Cuenta con 19.000 empleados.




La tercera y última gran compañía es la francesa Societé Bic, una empresa con 10.500 empleados. La compañía tiene tres grandes clases de productos: la escritura, los encendedores y las maquinillas de afeitar.




Las tres grandes compañías tienen otros competidores importantes aunque de menor entidad. Entre ellos, destacan las alemanas Staedler, Swan-Stabilo y Faber-Castell.



Entre todas estas compañías, las de primera y las de segunda fila, se reparten la práctica totalidad del mercado mundial con sorprendente presencia en cada uno de los países de que se trate. Voy a reproducir a continuación algunos de los más importantes con los tres principales compañías de escritura que operan en cada uno para que el lector curioso pueda saber quién es quién.

España:

1.- Staedler
2.- Bic
3.- Schwan-Stabilo

Francia:

1.- Bic
2.- Stabilo Francia
3.- Staedler

Alemania:

1.- Faber Castell
2.- Pelikan
3.- Schneider

Reino Unido

1.- Bic
2.- Parker
3.- Papermate



Y para hacer el resumen más llevadero, concentrémonos ahora en las compañías líderes en otros países:

Japón:  Mitshubishi
Rusia: Koh-i-Noor
Argentina: Bic
Brasil: Faber-Castell y Bic
Hong-Kong: Richemont (Montblanc)
Méjico: Berol (distribuidora de Newell Rubbermaid)
USA: Newell Rubbermaid
Holanda: Newell Rubbermaid
Suecia: Pilot y Faber-Castell
Canada: Newell Rubbermaid
Malasia: Pilot
Indonesia: Faber-Castell


Exceptuando Hong Kong, donde el peso de la marca Montblanc es muy grande, el mundo de las estilográficas es algo marginal dentro del la escritura en términos de peso industrial general.
Con todo, el sector en su conjunto está sufriendo un descenso progresivo en la facturación como consecuencia indudable de  la tecnificación electrónica de la escritura y el fulminante abandono de las comunicaciones y los registros escritos por medios tradicionales. Cada vez se escribe menos a mano.
Por eso crece solo el sector del lujo donde no cuenta tanto el aspecto funcional del producto como el puramente representativo, así como el mundo del coleccionismo entre una pequeña élite de aficionados.
Me temo que ninguno de estos nichos de mercado servirá para devolver a la industria el esplendor que tuvo durante la primera mitad del siglo XX ni las marcas tradicionales podrán volver a ser lo que fueron en términos de cantidad ni calidad. La escritura a mano languidece como antes lo hicieron los barcos de vapor o la telegrafía.
Pero la pasión por las estilográficas va más allá de los avatares de la industria y, aunque seguramente en minoría, habrá siempre un constante número de amantes de estos maravillosos instrumentos que sirven para escribir, esa viejísima actividad humana que, aunque a veces se nos olvide, es la que nos ha hecho como somos.


(todas las fotografías pertenecen a las marcas y se utilizan aquí a fines puramente ilustrativos)

Prueba: Wancher-Sailor; Kara Nuri Maki-e. 2014

Wancher-Sailor; Kara Nuri

Material: Ebonita (cuerpo y capuchón); resina (boquilla)
Clip: Sin clip
Plumín: Sailor;  Oro 21K
Punto: Medio
Carga: Cartucho específico Sailor/ Convertidor
Largo: 153,5 mm. (cerrada)
Ancho: 20 mm máximo
Precio: Alrededor de 350 euros (sólo cuerpo y capuchón)

Contexto:

La marca Wancher es propia del establecimiento japonés Engeika Finest Shop que comercializa, además de plumas estilográficas, diverso material de escritura y papelería de alta calidad.
Hace pocos años. Engeika comenzó a comercializar una serie de productos propios que encargaba a diversos artesanos y fabricantes japoneses, chinos e indios. Entre ellos, se encuentran diversas estilográficas confeccionadas en ebonita y acabadas en urushi y maki-e. La técnica es la original japonesa -o china según sostienen algunos- aunque los motivos y, sobre todo el estilo, suelen ser radicalmente diferentes de los tradicionales. Los de Wancher suelen ser más modernos y menos depurados hasta el punto de parecer, en ocasiones, poco definidos e incluso abocetados. En mi opinión, se trata de un intento de modernización y, de paso, abaratamiento de costes, que no arroja un resultado óptimo aunque el intento sea de agradecer.
Hay, sin embargo, un modelo de Wancher que destaca sobre todos los demás y es el que aquí se presenta. Se trata de un gran cuerpo de ebonita decorado con la técnica Kara Nuri o lacado con relieve. En este modelo, la laca de dos colores, rojo y negro, se extiende en varias capas sobre la ebonita, utilizando una espátula irregular. Esto hace que las citadas capas no tengan el mismo grosor. Una vez curado el usushi, se procede a pulir toda la superficie hasta igualarla; afloran así  las diferentes capas de manera asimétrica y caprichosa y se consigue una mezcla de colores verdaderamente sorprendente pues, sin que ninguno pierda su condición, aparecen formando una complicada red que se teje y distribuye por toda la superficie, creando un increíble efecto abstracto.
El diseño del modelo no es único. Este mismo motivo y gama de colores fue usado por Pilot en alguno de sus modelos Ban-Ei diseñados por Sakai Eisuke en los años 80-90 del pasado siglo. 
También DaniTrio ha comercializado plumas con esta técnica, aunque en otra gama de colores, como la Takumi y la Mae West. 


(foto: FPN)

Recientemente, Edison ha hecho lo propio con su modelo Pearl, confeccionado por el artista Ernest Shin.


(foto: Painterspal. FPN) 

El cuerpo de la Wancher admite dos boquillas, la de cualquier Sailor KOP y la de la Montblanc 149. Que me conste, no se pueden adquirir separadamente estos elementos, de manera que sólo es posible usar la Wancher dejando otro cuerpo en reposo. 

Presentación.

La Wancher se presenta en una caja de madera sin marca o señal alguna. Se nota enseguida su fabricación artesanal puesto que carece de cualquier aditamento típico de la distribución ordinaria. Es como si el usuario la hubiera encargado la pluma a un artesano particular y no a una empresa distribuidora.



También carece de cualquier tipo de documentación o aparente garantía; únicamente le acompaña un cartucho de tinta envuelto en papel.


Diseño.

Es una pluma de tamaño grande y forma tradicional con diseño en forma de cigarro, simple y de formas puras. Carece de clip. Sigue la línea de las grandes creaciones japonesas en maki-e, como las Nakaya Cigar gruesas, las Namiki Emperor o las Dani Trio Mikado.


La gama de colores, rojo y negro, es absolutamente tradicional y da como resultado un lacado de impresionante belleza y asombrosa originalidad. La técnica Kara Nuri es poco conocida y no suele asociarse con las tradicionales disciplinas figurativas del maki-e. Sin embargo, su delicadeza y abstracción la hacen verdaderamente singular.
La pluma carece de cualquier tipo de inscripción o marca.

Tamaño y Peso.

Se trata de una pluma grande, más larga que una Montblanc 149 o una Pelikan M800 y solo unos milímetros menos que una Nakaya Cigar estándar aunque notablemente más gruesa que ésta. Estar construida en ebonita le proporciona, en cambio, una notable ligereza que proporciona un uso continuo sin problemas.


Hay cierta variable en el producto final pues, como he dicho, puede usarse con la boquilla de la Montblanc o con la de la KOP de Sailor. Eso produce alguna diferencia de peso en el conjunto final.



Plumín

El plumín será, como se ha dicho, el del modelo de boquilla que prefiera utilizarse. Yo la he usado con el de la Sailor King of Pen con un plumín medio. Doy aquí por reproducido todo lo dicho acerca de la perfección  y suavidad de los plumines Sailor.



Alimentación:

En este caso, es el de la Sailor KOP y, por tanto, el cartucho/convertidor específico de la marca.

Carrera Corta.

Como toda pluma de gran tamaño, facilita un agarre muy cómodo para cualquier tipo de usuario salvo el de manos excepcionalmente pequeñas. Su ligereza es inmediatamente apreciable y se maneja como otros modelos parecidos, tal y como las Nakaya Cigar. También como éstos, no conviene usarlas posteadas para eliminar cualquier riesgo de rayar el lacado.



La combinación del bellísimo cuerpo y la perfección técnica del conjunto alimentador/plumín de la boquilla Sailor, convierten la escritura en una verdadera delicia.

Carrera Larga

Todas las virtudes que se aprecian inmediatamente en la carrera corta, se multiplican en la larga. Tras un buen rato de escritura, se confirma la suavidad y comodidad del conjunto. La letras surgen fácilmente, sin esfuerzo alguno, mientras los retorcidos dibujos del cuerpo parecen deslizarse sobre el papel como una exótica salamandra que juega entre los dedos.  Todas las cualidades del plumín Sailor se amplían con la ergonomía y calidez del cuerpo de ebonita lacada.



Conclusiones.

Resulta curioso encontrarse con una pluma que sólo se vende como un precioso envoltorio. Pero si a éste lo unimos al formidable conjunto que forman la boquilla y el alimentador de Sailor, el resultado es una pieza incomparable en cuanto a  belleza, desempeño y favorable relación calidad-precio.
Si alguien quiere tener una pieza única, con una técnica artesanal fascinante y a precio asequible, no es necesario que busque entre las marcas de prestigio. La humilde Wancher es una digna competidora por apenas una fracción de coste.



(foto tuatera)

A favor: 

Extraordinaria belleza y precisión del trabajo Kara Nuri.
Tamaño y diseño perfectos.
Exclusividad.
Magnífica relación calidad-precio.

En contra:

Casi nulo material de presentación.
Ausencia de documentación.
Falta de boquilla que obliga a tener otra pluma.

viernes, 15 de agosto de 2014

¿Es práctica una estilográfica?, Microensayo sobre la belleza

Se trata de una pregunta recurrente: ¿Merece la pena usar una estilográfica frente a la eficacia inmediata de, por ejemplo, un roller?
Como se trata de una cuestión de gustos, hay respuestas para cada uno y, además, si tenemos en cuenta que sobre gustos no sólo hay mucho escrito sino que, a la postre, todo lo que existe en la historia de la humanidad viene a ser un compendio sobre el gusto, la pregunta ha hecho correr ríos de tinta desde tiempos inmemoriales.
Cada instrumento de escritura obedece, en origen, a la satisfacción de una necesidad. A medida que la  tecnología avanza, los instrumentos incorporan las novedades y particularidades de cada época. Todo objeto utilitario, en cuanto facilitador de una función, es calificable como idóneo o inidóneo. Una pluma escribe o no escribe. Lo hace bien o lo hace mal. Un roller se desliza suave o rígidamente sobre el papel. Un lápiz escribe boca arriba y un bolígrafo no. Se trata de datos puramente objetivos relacionados con la simple capacidad del objeto.


(foto: pensdirect)

Pero muchos objetos -quizá todos- contienen otro elemento que va más allá de su idoneidad o capacidad y es, ni más ni menos, su belleza. Belleza que cambia con los años de manera que lo que era una simple máquina en el siglo XIX se convierte en una escultura en el siglo XXI porque las máquinas, o los objetos, son diseñados con arreglo a ciertos cánones estéticos que, junto con la tecnología, también son específicos de una época y, por consiguiente, de un estilo, es decir, de una manera de entender el mundo  y de construir la realidad con arreglo a un cierto esquema de valores.
Las estilográficas, incluso las modernas, son el maridaje de una tecnología funcionalmente superada con una estética que cada vez se apoya más en la pura y simple belleza. O sea, en el componente artístico considerado en su sentido más amplio y generoso. Y todo objeto artístico se justifica por sí mismo, con independencia de su utilidad, porque el arte, amigos míos, es inútil salvo en lo tocante al placer de su contemplación y disfrute. El arte no sirve para nada pero no podemos vivir sin la belleza que reporta. De un libro de texto se aprende; de la poesía se disfruta.


(foto: Pelikan)

Las estilográficas son, para el coleccionista, mucho más que un objeto funcional. Son obras de arte, modestas, artesanas quizá, pero hermosas. Escribir con ellas es insuflarles vida. Ponerlas en nuestras manos es servirnos de su belleza para crear un mundo particular. Por eso no importa que tengan inconvenientes y que, a veces, su eficacia palidezca ante un simple lapicero que, no lo olvidemos, es capaz de escribir bajo el agua, boca arriba o a 60 grados bajo cero.
El placer que proporcionan las estilográficas es de la misma estirpe que el que proporcionan el arte o la contemplación de cualquier objeto armonioso y bello. La liturgia de preparar, cargar y escribir con pluma es algo añadido y, por tanto, maravillosamente secundario.