viernes, 30 de enero de 2015

¿Por qué odiar a los convertidores?

Hace pocos días, uno de mis amables lectores, rfueris, hizo referencia a un interesante artículo publicado por Brian Gray de Edison Pen Co.

http://edisonpen.com/reevaluate-converters



(foto: Edison Pen Co.)

El título es "Reconsiderando los Convertidores"  y excitó mi curiosidad pues, en efecto, existe una cierta moda anticonvertidor en los círculos estilófilos que suelen lamentarse de la pena que les produce contemplar una gran pluma dotada de ése sistema el cual, a su juicio, redunda en la disminución del valor del instrumento.

Sin ánimo de reproducir aquí los sólidos argumentos del artículo en cuestión al cual remito por su gran interés, sí me ha parecido interesante hacer algunas breves consideraciones al respecto puesto que, en efecto, dicha moda existe y merece cierta glosa.

Vaya por anticipado que yo no soy anticonvertidor. Tengo muchas estilográficas con ese sistema y no tengo queja alguna de su funcionamiento. El convertidor, como muy bien señala  Gray, es sólo un sistema para llevar la tinta hasta el interior de la pluma. Una vez la tinta ahí, todas las estilográficas funcionan igual y su mejor o peor desempeño tiene que ver, básicamente, con el conjunto plumín/alimentador, que es la pieza fundamental para que se desarrolle el fenómeno de la capilaridad en el que se basa toda estilográfica.

(foto: thenakedlistener)

El convertidor no es más que un pistón pequeño, con el tamaño y la capacidad de un cartucho. Pero, a diferencia de éste, permite usar tinta embotellada directamente del tintero. El cartucho también se puede rellenar con una jeringuilla pero su ventaja fundamental es que son herméticos de origen lo que permite que se puedan transportar mucho más cómodamente que un tintero.

Tanto el convertidor como el cartucho son intercambiables, de modo que la misma pluma puede rellenarse de tres formas: a pistón (sumergiendo el plumín en tinta y accionando el convertidor), con un cartucho de recambio (insertado en el tetón de la boquilla) o previamente rellenado (con jeringuilla y posterior inserción).
Nada de esto incide, en absoluto, en el desempeño de la pluma.


(foto: levenger)

Como puede apreciarse, las dos enormes ventajas del sistema cartucho/convertidor son  la versatilidad y la eficiencia. También tiene otras como la facilidad de limpieza, mantenimiento y sustitución de piezas.Su principal inconveniente es, en cambio, la escasa capacidad. Pero este es un defecto relativo puesto que es muy fácil transportar limpiamente una docena de cartuchos y disponer de tinta de reserva en cualquier lugar y momento, cosa que no se puede predicar de ningún otro sistemas. Esto es lo que ha convertido al cartucho en universal.

(foto: briarinkandtime)

¿Desmerece este sistema a una estilográfica de calidad? No me lo parece aunque reconozco que los aficionados no sólo enjuiciamos las piezas por su utilidad sino por su complicación o por su belleza. He aquí donde el cartucho/convertidor muestra sus debilidades y los motivos por los que es generalmente denostado en círculos estilófilos. Es un sistema sencillo. No es hermoso, no es atractivo, no intriga. Es eficaz, pero aburrido. Frente a algunas diabólicas pero fascinantes invenciones como el snorkel de Sheaffer, el cartucho resulta algo pedestre.

(foto: jetpens)

Reflexionemos, pues,  sobre las razones que nos llevan a despreciar al cartucho/convertidor. Ninguna se refiere a sus enormes ventajas sino a su pobreza conceptual. Nos gustan los mecanismos complejos, como la maquinaria de un reloj manual, porque son hermosos en sí mismos. Son la prueba de cómo se resuelve un problema de manera ingeniosa y elaborada, llena de ocurrencias o detalles sugerentes y atractivos. El humilde cartucho/convertidor supera en versatilidad y eficiencia a cualquier otro sistema pero no es hermoso y ésta, su gran virtud, se convierte en su peor pecado.


lunes, 26 de enero de 2015

Demonstrators. La pluma al desnudo.

Las plumas transparentes o demonstrators, se idearon para que los vendedores o marchantes de las marcas que iban de papelería en papelería vendiéndolas, pudieran mostrar a sus clientes el funcionamiento y el mecanismo interior de cada pieza. A veces, se dejaba una en la propia tienda para que los compradores pudieran examinarlos y comparar antes de decidirse por uno u otro modelo.


Eran años en que las marcas competían entre sí por ofrecer mecanismos elaborados y soluciones técnicas novedosas e incluso revolucionarias. Las plumas transparentes eran una preciosa fuente de información para el usuario y una magnífica herramienta de convicción para el vendedor.


Con el paso de los años, la función de las demonstrators quedó relegada a algo puramente testimonial. En primer lugar, porque los mecanismos fueron tendiendo hacia la simplificación con la llegada del cartucho/convertidor como sistema universal y, también, porque los modernos medios de comunicación y documentación permitían hacer lo mismo sin necesidad de recurrir a una pluma transparente. Tampoco fue ajeno a todo ello el declive de las tiendas tradicionales y la aparición de nuevos canales comerciales.


Pero la pérdida de su utilidad fue inmediatamente seguida por un resurgir de su atractivo para los aficionados y estilófilos a quienes permitía disfrutar,  precisamente, de aquellos aspectos de la pluma que guardan relación con su funcionalidad y que, por misteriosa transmutación, se convirtieron en algo relacionado con la estética. Los mecanismos interiores resultaban interesantes en sí mismos, como obras de arte y pequeña ingeniería; intrigante y cautivadora. Las entrañas de las plumas resultaban muy atractivas para quienes las amaban.


Y así las demonstrators pasaron a convertirse en una categoría en sí misma. Una que crece día a  día y que hoy goza de una fantástica salud comercial. No hay marca que no tenga una transparente en su catálogo y hay modelos que solo se fabrican así. El público aficionado las adora y los fabricantes las enriquecen con matices, colores y remates que resaltan los mecanismos y las formas.


Soy un gran aficionado a las demonstrators y me gusta coleccionar las de gama intermedia o baja donde, siendo plumas de calidad, el precio permite disfrutar de formas y colores sin demasiado sacrificio.

La combinación de reflejos, matices, tintas y transparencias, constituye uno de los placeres más singulares del coleccionismo de estilográficas.

Comparaciones Odiosas: Montblanc Starwalker vs. Pilot Varsity

Comienza aquí una pequeña serie basada en comparativas. Se trata de poner, frente a frente, estilográficas disímiles con el único objetivo de analizar su desempeño. No miraremos la belleza ni a los acabados, los adornos o el oropel. Pura escritura. Mero desempeño. Qué instrumento es el que mejor funciona desde un punto de vista práctico.

El factor que convierte en estas comparativas en odiosas es el precio. No jugaremos limpio; no pondremos en el ring a dos luchadores de la misma categoría. Las estilográficas pueden ser radicalmente diferentes sin que el precio sea óbice para que se midan las caras. Cada una por lo que es y no por lo que vale.

Puesto que el único elemento a analizar es el desempeño, no se hará mención a la belleza o los acabados de la pluma. Se analizarán parámetros únicamente funcionales; factores que he escogido como los más reveladores de la calidad de la escritura y que pretender ser totalmente objetivos. Estos factores, o puntos de control, serán los que sirvan para arrojar el resultado de la comparativa. Todos los parámetros se puntuarán sobre una escala de 10.

Que el cielo, pues, reparta suerte.

MODELOS A COMPARAR

En una esquina, la Montblanc Starwalker, famosa pluma de la famosa marca, con un precio aproximado de 400 euros y plumín de oro de 14K. Punto M. Tinta: Diamine Aqua Lagoon.

En la otra esquina, la Pilot Varsity, o Vpen, con un precio de 3 euros aproximadamente y plumín de acero. Punto M. Tinta: Pilot de origen.


Papel: Target Office 80 gr.


1.- Tiempo de arranque. (skipping): tiempo que tarda la pluma en comenzar a escribir.

Tras ser destapada:

Pilot  Inmediato
MB   Inmediato

Tras 5 segundos de interrupción de escritura.

Pilot  Inmediato
MB   Inmediato

Tras 10 segundos de interrupción de escritura.

Pilot  Inmediato
MB   Inmediato

Tras 20 segundos de interrupción de escritura.

Pilot  Inmediato
MB   Inmediato

Tras 30 segundos de interrupción de escritura.

Pilot  Inmediato
MB   Inmediato

Tras 1 minuto de interrupción de escritura.

Pilot  Inmediato
MB   Inmediato



2.- Suavidad (scratching):

Pilot  Muy suave. (7/10)
MB   Muy suave (8/10)

3.- Continuidad en el trazo (escritura rápida)

Pilot  Ininterrumpida (10/10)
MB   Ininterrumpida (10/10)




4.- Flexibilidad:

Pilot  Mínima (1/10)
MB   Apreciable (2/10)



5.- Humedad y consistencia del trazo:

Pilot  Notable (9/10)
MB   Notable (9/10)



6.- Sensibilidad (feedback):

Pilot  Muy ligera (2/10)
MB   Ligera-muy ligera (3/10)

7.- Sonido

Pilot  Inapreciable (1/10)
MB   Inapreciable-muy leve (2/10)

8.- Conclusiones y puntuación final

Ambos plumines tienen un desempeño sorprendentemente parecido pese a su diferente composición y precio. Ambos están dispuestos a escribir desde el primer momento y no resultan afectados por las paradas normales puesto que ninguno sufre de skipping. Los dos son plumines muy suaves y agradables, con un flujo perfecto y húmedo que resulta en una escritura comodísima. El Pilot es algo más rígido que el Montblanc aunque esto es cuestión de gustos, al igual que la sensibilidad y el ruido que producen al escribir, apartados en los que el Montblanc destaca muy ligeramente sin que ello suponga demérito alguno.


Dos buenos plumines, equivalentes en rendimiento pero de precio radicalmente diferente. Este es el gran desventaja del Montblanc y el gran mérito del Pilot. En cuanto al desempeño, ambos son magníficos.

Pilot Prera: Gran Pequeña

En el inmenso catálogo de Pilot hay una estilográfica que, poco a poco, ha ido conquistando un sitio de preferencia en el gusto del público. Se trata de una pluma pequeña, manejable y eficiente que tiene tres poderosas razones para conseguir el éxito: un precioso diseño; el extraordinario desempeño de su plumín y una extensa gama de originalísimos y atractivos colores. Se trata de la Prera.

El diseño de la Prera es muy moderno. Ligero, sin estridencia alguna, bien dibujado y muy elegante, apenas unos detalles metálicos realzan sus formas y, sobre todo, la extraordinaria gama de colores y acabados que se ofrecen. Es una pluma compacta de notable pureza de líneas y equilibrio perfecto. Construida en resina de gran calidad, es un pluma muy ligera y manejable.

Las primeras Prera fueron transparentes con pequeñas detalles de color en sus extremos. Siguiendo la línea de las Preppy, buscaban ofrecer un producto desenfadado y alegre que gustase a los más jóvenes  usuarios.



(foto: Pilot)

Pero el  éxito del modelo hizo que Pilot pusiese pronto al mercado una gama mucho más amplia, convirtiendo la Prera en un modelo serio y consolidado, con colores para todos los gustos aunque siempre dentro de una línea juvenil amante de los tonos simpáticos y divertidos.


(foto: Rakuten)

Actualmente, la gama Prera es muy amplia, habiendo conquistado al público de la gama intermedia, por encima de las plumas económicas, pero sin que su comedido precio, alrededor de 25 euros, suponga un freno para los aficionados a las plumas de calidad. Se trata de un precio algo superior a la Urban, la gran pluma metálica que lidera el segmento de los 20 euros, pero supone el mejor acceso a la gama de plumas de resina y formidable desempeño.


Lo del desempeño de la Prera se comprende cuando vemos que comparte con la Urban-Metropolitan, la Penmanship y la Plumix su fabuloso plumín de acero, posiblemente el mejor del mundo en esta categoría. Un plumín perfecto, jugoso, incansable, ligero como la brisa y siempre dispuesto a escribir bajo cualquier circunstancia. De increíble suavidad para su categoría, no hay quien iguale su impresionante calidad. Tiene, por contra, sus mismas limitaciones en medidas pues solo se ofrecen en F y en M. Los plumines, sin embargo, son fácilmente intercambiables admitiendo incluso los de la 78G.


La alimentación de la pluma se verifica por cartucho/convertidor, sistema idóneo para esta categoría por su versatilidad y comodidad de uso. El cartucho es el específico de Pilot. No incluye convertidor aunque puede ser usada con el Con-20 y el Con-50


Algo que debe subrayarse en la facilidad de mantenimiento de esta pluma que puede desmontarse sin problemas. El conjunto plumín/alimentador, colocado a presión, se extrae sin esfuerzo alguno permitiendo  llevar cabo su examen, sustitución o mera limpieza.



El capuchón se cierra a presión pero de manera muy segura y hermética. El clip, por su parte es metálico y perfectamente funcional, ofreciendo una perfecta garantía de sujeción.


La Prera es una pluma con magnífica presencia. Frente a ella, se ve enseguida que no es una pluma de estudiante. Su pequeño tamaño y su desenfadada gama de colores y terminaciones hace que sea muy apreciada por los usuarios jóvenes y por todos los que aprecian un instrumento de calidad pero de apariencia informal.


Es, desde luego, una pluma de pequeño tamaño, lo que la hace idónea para ser transportada cómodamente pero quizá no tanto para ser usada por manos grandes o durante largas sesiones de escritura a menos que se use con e capuchón puesto cosa que, por cierto, puede realizarse perfecta y de manera segura.



La escritura con la Prera es, como la de sus hermanas de plumín, absolutamente perfecta. Ofrece un trazo regular, húmedo y constante, que ofrece la máxima calidad al usuario. La pluma viene perfectamente ajustado de fábrica sin que sea preciso tocarlo para obtener el mejor resultado de inmediato. Dado su tamaño, es aconsejabla usarla con el capuchón colocado pues, de otra manera, resulta inapropiada para largas sesiones de escritura a menos que se tenga la mano muy pequeña.


Dos de las principales rivales de la Prera son la Lamy Safari y La Platinum Cool. La primera es más barata. No puede competir con la calidad general ni la suavidad del plumín de la Pilot aunque es más grande y para ciertos usuarios resulta más cómoda de usar. La Platinum, sólo presentada en versiones transparentes, es una pluma más cara, de calidad global equivalente, pero sin la variedad de acabados de la Prera y las ventajas de su fantástico plumín.


La Prera es una gran pluma con el mejor plumín de acero del mundo en su categoría. Si alguien quiere una estilográfica ligera, de calidad, y que se presente con un arco iris de divertidos colores y acabados, encontrará en ella la candidata ideal.

sábado, 24 de enero de 2015

Parker Duofold International. La sombra del éxito.

Muchos de los intentos de Parker por reverdecer viejos laureles ha culminado en estrepitosos fracasos. Sucedió con la Parker 100 que pretendía ser una revisión actualizada de la 51. También pasó con las ediciones especiales de la 51 que, aunque siempre buscadas por los coleccionistas, son apreciadas por pocos aficionados. Y también ocurrió con la Premier, en parte con la Sonnet y, en general, con las plumas de categoría intermedia.

La Parker International nació en 1989 tras el éxito de la Centennial que había supuesto un extraordinario esfuerzo por parte de Parker Newhaven (Inglaterra) por renovar el catálogo y dar un paso adelante en pos de la salvación. La Centennial se había diseñado con la mirada fija en  la Duofold de los años 20-30 aunque, en realidad, más a la Big Red que a la Duofold de extremos redondeados que se fabricó después. La Centennial quería ser  un producto de calidad y venía dotada de un plumín magnífico. La excelente acogida que tuvieron ambos modelos supuso la multiplicación de la oferta. Aparecieron versiones en color naranja, verde, Presidential, -en  plata y en oro- , en negro y perla y en  oro macizo.


(foto: Parker)

En 1995, las Duofold sufrieron una gran revisión. La MkII era una pluma más estilizada, con los extremos troncocónicos en lugar de rectos, el falso culote más corto y menos anillos metálicos. Los colores también sufrieron modificaciones y se añadió un lapislázuli, un verde jade y un rojo jaspeado entre otros. Con los años, se añadieron otros acabados como el Gris Perla y el Azul Mosaico que iniciaron la gran variedad actual del modelo en la que destacan las populares Check que se ofrecen en numerosos colores.



En 2010, la factoría de Newhaven cerró y la producción se trasladó a Nantes, Francia. La Duofold, después de más de 25 años en los mercados, ha sido un éxito, ha multiplicado sus versiones y sigue siendo la base de la mayoría de las ediciones especiales de Parker.


La única diferencia entre las Duofold es el tamaño. Son plumas de un largo muy parecido: 136 mm de la Centennial contra 131 de la International pero el ancho es muy diferente y la segunda se parece más a una Pelikan 400 mientras que la primera, es similar a una 800. En cuanto al diseño, ambas estilográficas son idénticas si bien es forzoso recordar que algunos colores o acabados solo se ofrecen en una de las medidas pero no en la otra.


La línea de la Duofold está muy conseguida. Elegante, discreta e intemporal pero al mismo tiempo de modernísima sencillez y pureza, ofrece una visión muy acertada de un clásico lo que, a mi juicio, justifica su éxito. La multiplicación de opciones consigue, por su parte, satisfacer cualquier gusto. La combinación negro-plateado de la pluma que se muestra, es muy atractiva destacando en ella la gran belleza de los anillos  dobles del capuchón que me parece el mejor detalle de toda la estilográfica. La calidad de los acabados es alta.



El capuchón está rematado por un hermoso escudo metálico plateado con los detalles del modelo y el logo de la marca. Otro precioso detalle.

La mecánica de la pluma es muy sencilla. Habiendo renunciado Parker a sistemas clásicos o complejos, se limita al cartucho-convertidor de correcto funcionamiento aunque tratándose de plumas de gama media-alta, parece algo limitado.


La escritura del plumín Parker es muy correcta. No destaca por nada en especial pero el plumín tiene un buen desempeño, es cómodo y suave, y su estética es igualmente acertada. Ofrece un trazo jugoso y constante, sin presentar problemas al usuario. Los puntos de Parker, como siempre, son generosos.

La principal objeción que se le puede hacer a esta pluma de éxito es su precio. No es un pluma barata pues la International se ofrece. aproximadamente. por unos 300 euros y la Centennial por 400. Por esos precios, hay alternativas mucho más interesantes. No  obstante, las Duofold son plumas de éxito porque ofrecen calidad, un diseño hermoso y siguen conservando el halo de las viejas piezas de Parker. En conjunto, son bellas estilográficas que permiten al aficionado revivir aquellas glorias.

viernes, 16 de enero de 2015

Pelikan Epoch P360: En tierra de nadie

En 2007 Pelikan puso en el mercado la Epoch P360, una pluma que,  basada en las formas clásicas de la marca, pretendía acercarlas hacia un concepto más moderno y dinámico. La primera Epoch rememoraba las formas de la venerable serie N  y los colores clásicos de la marca: el verde y el negro con fornituras doradas.

La Epoch es una pluma de tamaño pequeño, 130 mm. aproximadamente, aproximadamente el mismo que una M400 aunque más ancha. Las formas de la pluma corresponden con las de una Pelikan clásica, notoriamente más redondeada en sus extremos que las modernas Souverän.


Pero las diferencias con las demás Pelikan son mucho más profundas que las formas. Ante todo, se trata de una pluma de cuerpo metálico, concretamente de aluminio adonizado que la convierte en un ejemplar más pesado que las otras con relación a su tamaño. El aluminio tiene un bello acabado, aunque no es de la misma clase que el mate de una Tombow o una Platinum Plaisir. Éste es algo más brillante y totalmente liso.


El capuchón y el culote trasero del cuerpo son de resina, rematada por sendos anillos dorados típicos de la marca. El central del capuchón lleva grabadas las palabras "Pelikan" y "Germany". La calidad de los dorados no es buena y enseguida se aprecian los arañazos derivadas del uso.


El interior de la pluma depara la principal sorpresa. Se trata de una pluma que carga por cartucho aunque el sistema es francamente peculiar. Para empezar, porque prevé el uso de un cartucho estándar largo. También pueden utilizarse dos pequeños juntos, pero es mucho más cómodo y sencillo utilizar el largo. El cartucho se inserta en una camisa de plástico unida al culote que es el que se desenrosca para acceder al interior del cuerpo de la pluma. La pluma, pues, carece de boquilla de manera que el conjunto plumín-alimentador-soporte, se inserta directamente en el cuerpo.


El sistema de alimentación de la Epoch, aparte de original, no me parece demasiado eficiente. El cartucho, que queda solidariamente unido al soporte del culote, se conecta al tetón del alimentador cuando se rosca en el cuerpo pero no antes, de manera que siempre que abrimos el cuerpo de la pluma, el cartucho se desconecta con el riesgo que ello supone de pérdidas de tinta. El riesgo deriva de la necesidad de abrir el cuerpo para comprobar el nivel de tinta pues no hay otra manera de saberlo.


Este sistema tampoco admite ser sustituido por un convertidor o, al menos, no se me ocurre cómo pueda hacerse salvo que encaje en el interior de la camisa de plástico y, aún así, no parece fácil que pueda accionarse desde ahí. Por tanto, el sistema se centra casi exclusivamente en el cartucho largo, siempre adherido al culote y que, si se quiere rellenar con tinta embotellada, tendrá que ser con el auxilio de una jeringuilla.


El conjunto plumín-alimentador, como buena Pelikan, se desenrosca del cuerpo y, por tanto, puede ser sustituido por otro en cualquier momento.


El plumín es de acero chapado en color dorado. Es un plumín rígido y de diseño moderno aunque bastante chato. Lleva grabado muy superficialmente el logo de la marca y el tamaño del punto en un lateral. No es una pieza especialmente vistosa aunque sí tiene una apariencia muy robusta. Su rendimiento es correcto aunque carece de la suavidad de los plumines de oro de Pelikan. El flujo, por su parte, tampoco es excesivo siendo probable que tenga algo que ver en ello el sistema de carga.


La Epoch es una pluma interesante aunque no me parece que Pelikan haya dado un gran paso adelante en pro de una modernización de sus modelos clásicos. Aunque ha ido actualizando su gama de colores y materiales de acabado, el sistema de alimentación no resulta práctico y su precio ronda los 70 euros lo cual, a mi juicio, es su principal desventaja. Por esa cantidad, compite con rivales,  mucho más atractivos y eficientes, incluso la veterana M200 o la más moderna Pura.

jueves, 15 de enero de 2015

¿Es todo maki-e?

En otro lugar he advertido que el mundo del maki-e no es muy propio de principiantes y me atrevería a decir que ni de meros aficionados. En realidad, es algo para especialistas, verdaderos conocedores de este arte singular y extraordinario.

En lo últimos años, el universo maki-e se han extendido hasta el punto de introducirse en marcas tradicionales o modernas pero fuera de Japón. Así ocurre con Pelikan, que han apostado firmemente por este arte creando una línea específica; Danitrio, que desde Estados Unidos trabaja con maestros japoneses; Dunhill, que sigue con su alianza con Namiki y hasta Edison y Andreas Lambrou  que han fabricado diversas ediciones especiales. El maki-e se está convirtiendo, a pasos agigantados, en el nuevo paradigma del lujo en estilográficas.


(Pilot Emperor y Pilot Yukari. foto: FPgeeks)

El primer caveat a tener en cuenta es el de las falsificaciones. Resulta inevitable que las haya en cuanto existen productos caros y escasos. Me refiero a estilográficas que imitan marcas caras y que suelen aparecer de vez en cuando en subastas por internet. Provienen de China y replican modelos famosos de, entre otros, Dunhill Namiki, especialmente modelos antiguos de la época anterior a la II Guerra Mundial.   Por una fotografía resulta muy difícil descubrir una falsificación, de ahí la necesidad de ser muy precavidos ante este tipo de ofertas.

La segunda cuestión es diferente. Se refiere al concepto mismo de maki-e o, dicho de otra manera, si todo lo que parece maki-e lo es en realidad.


(Pinceles Wancher. foto:Rakuten)

El  problema deriva de que no hay una regla estándar que permita calificar algo como maki-e o no, como si se tratase de una denominación de origen. He explicado en otro lugar en qué consiste la técnica tradicional pero actualmente hay otras que no lo son aunque el resultado es parecido. Me refiero al maki-e impreso.

El curioso lector se habrá preguntado cómo es posible que una pluma Namiki de alta gama pueda costar miles de euros cuando en internet se encuentran bolígrafos o plumas decoradas con maki-e y que cuestan apenas tres o cuatro decenas. Al mismo tiempo, es posible encontrar plumas de calidad y marca reconocida con una abismal diferencia de precios. ¿Por qué una Namiki Emperor cuesta miles de euros, una Yukari la mitad y una Nippon Art, apenas 300 o 400?


(Pilot. foto: goods-japan)

Lo que determina la diferencia es, desde luego, la técnica utilizada que en un extremo, el más elaborado, requiere un enorme trabajo y una singular capacidad artística y, en el otro, un sistema básicamente mecánico con algún retoque a mano.


(Sailor de gama baja. Foto: Fahrney's)

El screen maki-e es,  básicamente, un sistema de impresión serigráfico. Aquí no hay un artista que pinte sino un modelo preconfigurado que se transfiere al cuerpo de la pluma. En los trabajos más elementales, el dibujo completo es como una calcomanía. En los más elaborados, cada color conlleva una impresión diferente. Una vez impreso el dibujo en toda su gama, un artesano puede dar algunos toques a mano que enriquezcan el dibujo y su apariencia general aunque no por ello deje de ser, en esencia, un dibujo impreso.



(Modern maki-e. foto: Platinum)

Este es el secreto del screen-maki-e y de su bajo precio aunque no por ello podremos decir que se trata de un producto falso ni mal elaborado. Es, simplemente, un sistema sencillo y barato de reproducir una imagen que imita las obras clásicas de este tipo de artesanía.

Todas las marcas japonesas utilizan screen maki-e en sus modelos básicos. Eso incluye a Pilot, Sailor y Platinum que suelen denominarlo modern maki-e indicando claramente que se trata de una impresión rematada luego a mano



(foto: Platinum) 


Por debajo de 1000 euros es francamente difícil encontrar un maki-e genuino, es decir, totalmente realizado a mano. En el mejor de los casos estaremos ante un modelo mixto. Solo a partir de estos precios y con más seguridad a partir de unos 3.000 euros, podremos estar seguros de que la pieza es un verdadero maki-e. Aun así, seguirá habiendo modelos más sencillos, con técnicas más simples, junto a fabulosas piezas de artistas renombrados cuya cotización multiplica estos precios hasta el infinito.

Por tanto, todo parece maki-e, pero no todo es de la misma clase. De la misma manera que todos los automóviles tienen cuatro ruedas pero sólo algunos bajo las alas de Aston Martin o el caballito de Ferrari.

Queda aquí, como gran ejemplo del mejor maki-e una fabulosa estilográfica del maestra Kosetsu para Dani Trio. Una pieza de fascinante belleza e increíble derroche de facultades por parte del artista.




(Danitrio Genkai por Kosetsu. Foto: Nibs.com)