jueves, 30 de abril de 2015

Waterman Serenité: La Incomprendida Originalidad

En 1987 Waterman pasó a formar parte del grupo Gillete y su futuro quedó sellado como compañía independiente. Consiguió una mayor proyección internacional pero su valor histórico se vio claramente resentido. A partir de entonces, la marca intentó reverdecer viejos laureles sin demasiado éxito. No obstante, durante los primeros años de su nuevo estado llegó poner en el mercado algunas plumas singulares. En 1988 lanzó los modelos Lady y en 1990 la Edson que aún se fabrica.

De entre aquellos intentos de acercarse al mundo del lujo y la exclusividad me atrevo a destacar el lanzamiento de la Serenité una pluma verdaderamente singular.


La Serenité destaca, sobre todo, por sus formas curvas que pretenden emular las lineas naturales de una pluma de ave que, a juicio del fabricante, constituye una de las formas más ergonómicas para un instrumento de escritura. La Serenité no se parecía -ni se parece- a ninguna otra pluma si exceptuamos las modernísimas Nakaya Dorsal Fin que en cierta medida replican sus líneas curvas. Pero la Serenité no solo era originalísima por sus formas sino también por la elegancia de un diseño que prescindía de casi todo para dar la máxima relevancia a la ergonomía y a la forma.


El diseño curvo no sólo evoca a una pluma natural sino que otorga a la pieza una estética claramente oriental. El grosor de la pluma es variable, más delgado en la cintura y más ancho en los extremos. Esta forma -sin curva- ha sido claramente replicada por Montblanc en su modelo Marlene Dietrich de su serie divas.


El plumín y la boquilla forman un todo que se extrae del cuerpo haciendo girar el conjunto contra el grueso anillo de plata que lo remata por debajo. Retrata de un anillo de plata que luce unas bellísimas ondas y que sirve para sujetar la pluma entre los dedos.  Este anillo y su diseño  han variado mucho en sucesivas versiones.


En el extremo posterior del cuerpo, aparece una pequeña placa con el nombre Waterman y el remate es una pieza metálica con el número de la edición limitada y con la palabra France



El cuerpo de la pluma es metálico, lacado en un azul profundo, muy atractivo. Pero el conjunto resulta notoriamente pesado a la mano lo que limita un uso demasiado prolongado. Quizá la mejor versión a estos efectos fuera la de madera, que otorgaba a la pluma una belleza añadida realmente apreciable a la vez que  la aligeraba notablemente.


El clip, de plata e igualmente novedoso, es una sencilla barra insertada en un soporte apoyado en el extremo superior del capuchón. Muy proporcionado y elegante, acompaña discretamente las líneas de la pluma sin estorbar su pureza general.


El plumín es, a mi juicio, el elemento menos afortunado del diseño de esta estilográfica. Se trata de un elemento también específico pero de pequeño tamaño, de oro rodiado de 14K  y forma tubular.  Es un plumín muy duro y rígido del que no se han recibido buenas críticas, acusándolo frecuentemente de demasiado duro y con problemas de corte de flujo. Aparte de eso, que puede resultar poco definitorio, resulta demasiado pequeño para la entidad de la pluma y, a mi juicio, el gran trabajo de diseño del cuerpo hubiera merecido un plumín algo más consistente o rompedor.


La Serenité nunca ha tenido el éxito que la casa esperaba de ella. Aunque se ha producido en numerosas variantes, en múltiples materiales y diferentes detalles de diseño, la pluma no ha logrado conectar con el público en general y se ha refugiado en el sector de las estilográficas más especiales o "de arte" como las últimas versiones ofertadas, ya claramente orientadas al mercado de lujo.


La Serenité es una gran pluma con un espectacular diseño que no ha sido demasiado bien comprendido. Sus cualidades funcionales son algo distinto pero su precio, sobre todo últimamente,  siempre la ha alejado del consumidor medio

(NOTA: Agradezco de nuevo a mi gran amigo Ricardo que me haya facilitado generosamente  esta pluma para su examen)

domingo, 26 de abril de 2015

Las plumillas: preciosas reliquias del pasado.

NOTA PREVIA: Cuento hoy con la inapreciable colaboración de un asiduo de este blog, un experto en muchas materias relacionadas con la escritura y la estilofilia: Iván Rodriguez. Le he pedido que nos ilustre sobre unas viejas amigas: las clásicas plumillas que antecedieron a la estilográfica. El texto de Iván es enormemente interesante y me siento honrado de compartir con todos los lectores sus valiosas reflexiones.


Tiene su lógica que el hermano pobre acabase tocando con los nudillos en las puertas del blog. Creo. Un blog sobre estilográficas. Comparten tinta y papel, tal vez cierto parecido de familia. La plumilla es más vieja, ha vivido más, tiene ese aspecto torvo y áspero del marinero que ya ha visto muchos puertos, muchos pupitres de madera. Y es más promiscua, eso no lo dudéis, porque a veces se la puede ver coqueteando con la tinta china, la indian ink, que dicen por Albión. Eso nunca lo haría la estilográfica, que como una vieja y gloriosa dama vive inmersa en su dorado sueño crepuscular. Pero bueno. Ha tocado y hay que abrirle la puerta. Así se hace con los familiares que hace tiempo que no ves. Aunque sean pobres.



Esta es la pequeña historia de la plumilla. Porque pequeñas son ellas.



¿La primera plumilla? Ni idea, nadie lo sabe. En paleografía se considera que el cálamo de naturaleza oriental es el antecesor natural. Luego pasamos a la pluma de oca… Tampoco deseo remontarme mucho. Sabemos que hubo muchos intentos de trasladar al metal el simple fundamento de una caña cortada, pero no tuvieron excesivo éxito. El verdadero triunfo de este producto se produjo durante la Revolución Industrial, siglo XIX, y su época dorada se extendió hasta mitades del XX, donde empezó a perder terreno ante la estilográfica. El barato birome de Ladislao se ocupó del resto y en los años 60 del siglo pasado el descenso vertiginoso de ventas obligó a clausurar a la práctica totalidad de las empresas que las fabricaban y no supieron reconvertirse.






La plumilla fue muy común en los pupitres escolares de la España de principios del siglo XX. El tipo de letra que se usaba con este útil todavía se practica en primaria. Es la caligrafía española, una evolución vertical de la copperplate inglesa más adecuada para los escolares que daría para un artículo completo. Su uso y normativa se remonta a una Real Orden de 1835. Es una caligrafía con un carácter propio y mucho bagaje que desarrolló un guipuzcoano, Iturzaeta Eizaguirre, eminente calígrafo y mejor relaciones públicas; como siempre ocurre, todo lo de aquí tiende a perderse en el olvido y esto no es algo muy conocido.




Aquella era la época dorada de la plumilla. De las factorías inglesas salían miles de puntas a diario, con destino a una población cada vez más alfabetizada que demandaba herramientas de escritura. Tiempo de tinteros y dedos negros. Coincidió con el auge de la industria del papel, que descubrió nuevas y más baratas formas de fabricación y que pasó de ser un lujo a un elemento común. La plumilla se caracterizaba por ser un producto barato y eficaz, accesible a las masas. La combinación perfecta. Se diseñaron para la caligrafía copperplate o española, con cierta flexibilidad, con punta en bisel para la itálica, para realizar calcos comerciales sobre papel carbón como la plexograph nº 977 de Geo W. Hughes, con nula flexibilidad y cabeza redondeada… Era muy valorado socialmente saber ornamentar una caligrafía y escribir bien.



Existían muchos fabricantes, pero en Gran Bretaña hubo una ciudad, Birmingham, que concentró a muchos de ellos.Geo. W. Hughes, que abrió en 1850, tenía locales en la plaza de St. Paul y más tarde en Legge Lane. Cesaron la producción en 1960. Perry & Co. fabricaba en Londres, aunque también disponía de una factoría en Lancaster Street, en Birmingham…C. Brandauer & Cª, Belma & Son. D. Leonardt & Co. que aún sigue fabricando plumillas, entre otros efectos, en la vieja Inglaterra. Para estos negocios la Segunda Guerra Mundial supuso un antes y un después en su actividad natural, la plumilla de inmersión. Por supuesto, hubo, y hay, muchos otros productores en diferentes países, como las J.B. Mallat, la nº 23 es bastante buena; las Gilbert Treraid francesas, las fantásticas Brause & Co, una casa alemana que se fundó en 1850 en la localidad de Iserlohn… Enumerarlas todas sería prolijo en exceso. No es el destino de este artículo, pero me pareció adecuado hacer referencia a Birmingham porque su nombre está indisolublemente unido al producto que recordamos.




Si la plumilla, versátil como nadie, sigue viva es gracias al dibujo artístico y al cómic. Ya no se escribe con ellas, exceptuando cierto revival de la caligrafía en los últimos años. El manga lleva años empujando muy fuerte y, como no, Japón produce algunos de los mejores productos, como son las marcas Ishikawa o Tachikawa; El Lobo Solitario y su Cachorro, de Kazuo Koike y Goseki Kojima es un ejemplo claro; 8.700 páginas de perfecto entintado a plumilla. En Europa Gillot, fundada en1831, fabrica las mejores puntas de esta clase, llamadas "drawing", desde 1961bajo la marca British Pens. Se dibujaba antes, tenemos los paisajes a plumilla de Martín Rico en España y Edouard De Beaumont en Francia del XIX, y se dibuja ahora. Tal vez esta técnica ha sido la “hermana” menor del arte pictórico, siempre superada por la acuarela y el óleo, pero invariablemente ha estado ahí. No obstante, los mejores autores de cómic europeo han trabajado la plumilla con destreza (recordemos el legendario Verano Indio de Hugo Pratt y Milo Manara) y no digamos los casi anónimos entintadores de las líneas de superhéroes Marvel, en USA, como Bernie Wrigthson, Joe Sinnot o Chan, con su genial entintado del Conan de Buscema. La plumilla era su herramienta principal y con ellas marcaron una época.




Pero no nos engañemos. La plumilla es un producto prácticamente muerto en el imaginario colectivo. Lejanos quedan los días en que su uso era universal. Ocupa un nicho concreto en algunas disciplinas artísticas y dentro de un renovado interés por la caligrafía artística. Y poco más. Es una rareza. Mal le quiso la estilográfica, que le fue comiendo su espacio natural gracias a sus novedades tecnológicas y poco pudieron hacer ambas frente al esferógrafo, que terminó echando la última paletada de tierra en la fosa.




Pero aquí dejamos este pequeño homenaje a la plumilla, que simbolizó el despertar de una sociedad a una era de conocimiento. Trazó caligrafías trémulas de escolares, cartas de despedida, de amor pasional y firmó contratos y albaranes en los almacenes de medio mundo bajo las chimeneas humeantes del progreso industrial…

(Todas las fotografías son del autor)


CODA: Espero que mis amables lectores hayan disfrutado como yo de las evocadoras reflexiones de Iván a quien doy nuevamente las gracias por su magnífica colaboración. Quien esté interesado en conocer su trabajo, puede acudir a manipulandodigital.es o periciadocumental.es donde podrá comprobar hasta qué punto es un colaborador de lujo.

jueves, 23 de abril de 2015

Feliz Día Internacional del Libro

El libro y la escritura son dos factores culturales inseparables. Quienes amamos las estilográficas, hemos crecido también entre libros, cuadernos e instrumentos de escritura.

Somos lo que somos,en grandísima medida, porque leemos y escribimos; porque nuestra memoria se ha enriquecido durante siglos con el registro escrito de la experiencia y sabiduría de los demás que, sin necesidad de otras redes, ha permitido que la humanidad transmita el conocimiento y el arte de un extremo a otro de la tierra.  La alfabetización como instrumento imprescindible del progreso.



¡Felicidades a todos en este día tan especial!

martes, 21 de abril de 2015

Sailor 1911 Maki-E: El Equilibrio

El Maki-e es una técnica cara que obliga a estructurar con mucho cuidado los productos que se ofertan pues, a poco que se elijan acabados muy elaborados, disparan el precio hasta extremos sólo asequibles para los grandes entendidos o coleccionista específicos.

Pero dada la universal aceptación de esta técnica en el ámbito de la estilográfica y su cada vez mayor relevancia en el mundo del prestigio y -por qué no decirlo- del puro lujo, las marcas intentar extenderla hacia escalones más asequibles.  Lo malo es que el maki-e genuino no admite demasiada rebaja porque emplea una ingente cantidad de tiempo y de trabajo especializado que incrementa su costo de producción. Esta es la razón por la que los grandes fabricantes acuden a técnicas de impresión basada en la serigrafía. Con ello consiguen productos de calidad que imitan muy bien el resultado del maki-e pero a una fracción de su coste.


Sailor, sin embargo,  no ha optado por la serigrafía para su gama de acceso al maki-e sino por una simplificación de los motivos tradicionales que permita una producción relativamente barata y un precio equilibrado. Lo ha conseguido con creces. Las versiones más baratas de los modelos maki-e de Sailor, -siendo auténtico maki-e pintado a mano-, son accesibles, pues su razonable precio permite disfrutar de esta fabulosa técnica en modelos de calidad por una fracción del coste generalmente asociado a trabajos a mano.


La 1911 Large que aquí se presenta, está pintada por el maestro Kosen Oshita, el respetado artista que ha trabajado para que Sailor disponga de una impresionante juego de modelos kaga maki-e de gran calidad y precio contenido.


El motivo central de esta pluma es el ciervo, un animal muy apreciado en la cultura tradicional japonesa, símbolo de libertad y elegancia.


El tema central está en el cuerpo de la pluma y consiste en un ciervo moteado recostado con la cabeza girada hacia su espalda. Tras el ciervo, hay una rama con hojas y flores.




En el capuchón, por su parte, hay otra rama del mismo tipo. En el cuerpo, por fin, está la firma del artista.


La 1911 Large es una vieja conocida de estas páginas. Su tamaño es perfecto como pluma de trabajo y sus componentes en esta serie son los mismos que en la estándar: hermoso plumín de oro de 21K, clip y anillos dorados y carga por cartucho/convertidor.



El conjunto casa muy bien con el trabajo en maki-e y resulta a la vista una pluma elegantísima. Como el motivo no es excesivo, resulta una estilográfica estéticamente muy sutil y perfectamente equilibrada de modo que  se puede usar sin pensar que se comete un sacrilegio.


La estilográfica, como se ha dicho, tiene un precio razonable, aproximadamente de 500 euros, lo cual es perfectamente ajustado al valor del trabajo -no olvidemos que es un genuino maki-e- y a la belleza del conjunto. Si a ello añadimos las cualidades funcionales de una 1911 L, el precio resulta más que justo.


NOTA: Gracias de nuevo a mi buen amigo Ricardo, que me ha permitido disponer de esta pequeña maravilla para compartirla con todos los lectores.

jueves, 16 de abril de 2015

Cinco diseños de estilográfica que han hecho historia.

Todas han sido innovadoras, todas han sido revolucionarias, todas han tenido éxito, todas han sido objeto de copia o desarrollo. Veamos los cinco diseños que han hecho historia en el mundo de la estilográfica.

1.- Parker 51


(foto: John Krewalk)

La Parker 51 es la pluma más imitada de la historia. Sus revolucionarias formas, la originalidad de su diseño, la sorprendente eficacia y fiabilidad de su mecánica, la han convertido en uno de los mayores iconos -si no el mayor- de la estilográfica. A partir de 1941 y durante treinta y un años, la 51 fue la reina indiscutible del mercado e inundó el mundo con multitud de modelos, acabados y sistemas. Era una pluma elegante y llena de estilo, sin estridencias; resistente sin ser aparatosa y absolutamente fiable sin exageraciones mecánicas. Su enorme popularidad hizo que hubiera quien -no pudiendo comprarla- llevara un capuchón vacío colgado de la camisa para aparentar que la poseía. La 51 es mucho más que una pluma. Es la historia misma del instrumento.

2.- Sailor Pocket Pen


(foto: penworkshop)

Las pocket pen o plumas de bolsillo fueron un diseño de Sailor que tuvo un inmediato y fabuloso éxito aunque sólo en el archipiélago nipón. Estas estilográficas han sido -y son- un fenómeno casi exclusivamente japonés. Pero su popularidad y enormes ventajas prácticas hicieron que todos los fabricantes japoneses importantes hayan contado, y aún cuenten, con pocket pens en su catálogo. Su peculiar diseño, con un capuchón muy largo y un cuerpo muy corto, facilita una gran portabilidad y, cuando se precisa, permite disponer de una estilográfica de tamaño más que funcional. Además de los fabricantes japoneses, es el sistema que utilizan las pequeñas Kaweco Sport (aunque su diseño inicial es muy anterior) y Ohto con idénticos fines. Versiones clásicas de las pocket pens, como la Pilot MYU,  se han convertido en piezas muy apreciadas, incluso dando lugar a ediciones limitadas como las fabulosas Pilot M90

3.- Omas Paragon


(foto: eric47, FPN)

En realidad, no está claro qué marca puso en el mercado el diseño facetado de la columna dórica aplicado a estilográficas. El honor se lo disputan Omas, con su Paragón, y Wahl Eversharp, con su Doric. Pero, según la mayoría de las fuentes, fue Omas la primera que, en 1930, diseñó una pluma con doce caras o facetas inspirada en las columnas dóricas clásicas. La Doric de Wahl, muy parecida a la Omas, apareció en 1931. Ambas marcas se denunciaron mutuamente por plagio aunque sin un resultado claro. Sea cual fuere su autor, el modelo tuvo un éxito inmediato y se reprodujo por numerosas marcas e infinidad de modelos, manteniéndose hoy en día como un diseñoclásico e intemporal. La belleza y elegancia del facetado, multiplicada por los reflejos y variaciones que proporciona el celuloide, además de la comodidad de uso, constituyen una combinación que nunca pasa de moda.


4.- Sheaffer Balance


(foto: Michael R. FPN) 

Hasta la Balance, que apareció en 1929, las estilográficas eran eminentemente flat tops, es decir, tubos redondos con extremos truncados. Con la nueva Sheaffer Balance, aparecieron las formas aerodinámicas en forma ahusada, de cigarro puro o de torpedo. La pluma se convirtió en un objeto grácil y esbelto que incorporó criterios ergonómicos al diseño, convirtiendo la escritura en un ejercicio mucho más cómodo y descansado de lo que venía siendo. Además, el diseño de la Balance se preocupó de convertir la pluma en un objeto mucho más equilibrado de lo habitual, distribuyendo el peso de tal manera que la parte trasera resultara muy ligera, incluso con el capuchón puesto. La aceptación de la Balance fue inmediata y sus formas fueron reproducidas, tomadas como inspiración o directamente copiadas, por todos los fabricantes del mundo.

5.- Montblanc Meisterstück


No siendo totalmente original y sin incorporar nada que no hubiera sido ya inventado, la MB Meisterstück de 1949 consiguió convertirse en el epítome de la estilográfica formal. Su combinación de negro y dorados, la colocación de anillos decorativos y el uso de un plumín descubierto de gran tamaño, unido a la mecánica de pistón, constituyen un diseño consagrado que muchísimas marcas han imitado -o directamente copiado- sin rubor alguno, dado su éxito. Tanto la 146 como la 149 son hoy, como lo fueron casi desde el inicio de su comercialización, dos modelos señeros apreciados mundialmente, si bien hoy más orientados al universo del lujo y la representación. Sus formas son universalmente reconocidas y apreciadas; una de las pocas que cualquier profano es capaz de identificar a primera vista.

Hay muchos otros modelos y diseños que han tenido importancia en el mundo de las estilográficas pero pocos con la relevancia histórica y estilística de estos cinco.

domingo, 12 de abril de 2015

Delta Vintage: Un honroso escalón inferior.

Delta es bien conocida por fabricar algunas de las plumas italianas modernas más bellas. Sin llegar al nivel de Omas con el trabajo de celuloide ni al de Visconti con la mecánica, Delta es una gran marca con productos verdaderamente destacados en el mercado actual.

Hasta hace poco, la línea de productos Delta se dirigía mayormente al mercado de alta gama; ediciones limitadas o  series de precio respetable que alejaban al usuario normal de sus estilográficas.
Faltaba, pues, un modelo asequible que, al mismo tiempo, permitiera disfrutar de las cualidades estéticas tan apreciadas en la marca y, de paso, ganara mercado por la parte económica o, por lo menos, fuera competitiva con otros modelos similares. Cierto es que ha habido intentos anteriores, como ocurrió con la Graffitti, pero sin demasiado éxito.

Delta se puso manos a la obra recientemente con tres modelos: la Serena, la Unica y, sobre todo, la Vintage. Las dos primeras son plumas sencillas de material acrílico estándar. La Vintage, por su parte, siendo sólo un poco más cara que aquéllas, ofrece una calidad muy superior.


La pluma viene muy bien presentada, en una buena caja revestida de fieltro con documentación completa. La caja está protegida  por una cubierta de cartón blanco con detalles en relieve.


El material con el que está fabricada la Vintage es una resina acrílica nacarada de gran belleza y calidad. Está totalmente torneada a partir de barras macizas, lo que le otorga una gran solidez que permite, de paso, disfrutar de las características lumínicas de la resina. La Vintage representa lo mejor de Delta incluso en esta gama asequible.


La pluma se adorna con un clip típico de la marca, rematado por una rueda al estilo de las italianas clásicas. El extremo inferior del capuchón está rematado por una banda plateada en cuyo centro se encuentra un anillo chapado en oro. Todos los detalles plateados están rodiados, es decir, chapados en rodio, un metal de la familia del platino.


El plumín es de acero, también rodiado. Se trata de un plumín Bock de buena calidad que escribe correctamente y sin problema alguno. Viene grabado con las filigranas típicas de Delta que aparecen resaltadas por la buena terminación de la pieza y por el baño en rodio.


La Vintage es una pluma de tamaño contenido Tiene 123 mm. de largo, o sea, que es algo más pequeña que una Pelikan M400. No es una pluma de gran tamaño pero tampoco es demasiado pequeña como para resultar incómoda o poco utilizable. Puede escribirse con ella perfectamente durante largo tiempo sin que su tamaño suponga ningún inconveniente. A ello contribuye que se trata de una pluma de anchura razonable y adecuada a sus medidas.


La carga de la Vintage se hace únicamente por cartucho universal.  Que me conste, no cabe ningún convertidor estándar y Delta no lo fabrica para este modelo.


Por un precio de unos 60 euros en internet, la Delta es una buena compra. Se obtendrá una pluma con la belleza digna de una Delta de alta gama y con el buen desempeño típico de los plumines alemanes Bock.

viernes, 10 de abril de 2015

Sailor KOP ST: Desafío total.

Ya hemos examinado aquí una KOP Professional Gear junto con una Montblanc 149, plumas de categoría semejante. Sin embargo, faltaba hacer una pequeña revisión de un modelo de Sailor que apunta directamente a la abanderada de la marca alemana porque ni la PG ni los modelos en ebonita constituyen una competencia estética directa de la 149. La KOP estándar lo hace sin complejos.

La serie King of Pens de Sailor comenzó con la versión en ebonita y se ha ido extendido de manera paralela a su indiscutible éxito mundial. Se trata del modelo cumbre de la marca al que se le ha ido dotando de diversas formas y estilos aunque siempre manteniendo el liderazgo en el catálogo de Sailor, comerciálizándose como lo mejor que ofrece en términos puramente funcionales.


Las KOP en ebonita y, sobre todo, las acabadas en urushi, resultan plumas caras, de modo que Sailor decidió extender el mercado superior a otros dos modelos basados en grandes éxitos anteriores para lo cual no tuvo más que fijarse en sus dos estilográficas estrella: la 1911 y la Professional Gear. Ambas plumas, como se sabe, son la misma y sólo cambian los extremos, planos en una y redondeados en otra.Véase cómo se intercambian los capuchones:



Así pues, Sailor creó la KOP PG que ya hemos examinado y la que ahora se presenta, la KOP ST o estándar. Se trata, en esencia, de una 1911 recrecida, pues conserva exactamente las formas de este modelo aunque multiplicadas hasta conseguir un modelo de fabuloso tamaño y soberbia presencia.



Esta 1911 hinchada es una pluma impresionante. Tiene 152,4 mm de largo, exactamente igual a la versión en ebonita, unas medidas que superan a la Montblanc 149 que mide 147 mm. Pese a ello, apenas pesa 35 gr. lo que la convierte en una pluma ligera y, sobre todo, perfectamente equilibrada.


El estilo de la pluma es exactamente el de la 1911. Resina negra lustrosa y perfectamente pulida con detalles en dorado. En el anillo central dorado del capuchón aparece grabada la leyenda "Sailor the King of Pen 1911". El clip, por su parte, es el mismo que el de este modelo aunque de superior tamaño. Es curioso que el nombre del modelo siga arrastrando un error sintáctico pues en inglés, king of pen se traduciría por Rey de la Pluma cuando, en todo caso, debería decir rey de las plumas y, además, en inglés,el contexto pluma -aunque neutro en singularpertenece al género femenino lo que más bien aconsejaría decir reina de las plumas. Pero la denominación de Sailor, aunque se ha corregido en cuanto al plural en el catálogo, sigue estando así grabada en los ejemplares.


El plumín de la Sailor es, como no podía ser menos, un auténtico prodigio. Siendo un plumín estándar, su rendimiento es sencillamente excepcional, digno de la marca. Fiable, seguro, infalible, con una suavidad y una precisión inigualables. Sólo su belleza supera su función. El diseño bicolor de esta pieza de oro de 21K es formidable. A la riqueza del grabado con el logo de la marca, se unen los datos identificativos y una preciosa greca rodiada que flanquea el borde resaltando la riqueza del conjunto.


La serie KOP permite elegir, junto a plumines ordinarios en medidas F, M y B, algunos especiales como el Naginata Togi, el Cross y el King Eagle aunque, eso sí, a un precio notablemente superior. Una KOP con plumín King Eagle Emperor, por ejemplo, satisfará a quien guste de emociones fuertes.


El sistema de alimentación de la KOP es, como en toda la gama, el cartucho/convertidor. En este caso, las piezas metálicas del convertidor hacen juego con el color dorado de la pluma. El principal problema del convertidor es, como se ha repetido a menudo, su escasa autonomía, especialmente con plumas de gran consumo como ésta, dotada de un punto B; no digamos de un plumín especial. A cambio, tiene todas las ventajas de las que tanto hemos hablado y nada cuesta llevar media docena de cartuchos Sailor en la cartera.


La KOP ST es una pluma creada para competir abiertamente con la MB 149. Son plumas estéticamente muy semejantes y de un perfil funcional idéntico.En este desafío, en general, gana la japonesa pero, como siempre, la elección dependerá de lo que se busque. Si la relación calidad/precio, la calidad del conjunto,   y, sobre todo de la escritura, son el objetivo, la KOP resulta clara ganadora. Si se pretende un objeto de representación o de lujo que todo el mundo reconozca, la 149 será la elegida. En todo caso, la Montblanc será, por lo menos, 150 euros más cara.


La 1911 KOP es una tremenda pieza que derrocha sustancia y calidad por todos lados. Su desempeño es magnífico y su uso, para quien guste de plumas grandes y aplomadas, una verdadera delicia.


La pluma puede encontrarse en internet por un precio aproximado a los 400 euros lo que, a mi juicio, es más que justo para un ejemplar de semejante calidad y desempeño.