viernes, 29 de abril de 2016

Ediciones Limitadas contra Multi-versiones. Un cambio de paradigma.

Estoy seguro de que la mayoría de los lectores se habrá dado cuenta de un sutil movimiento comercial que se está instalando en el mundo de la estilográfica. Se trata de un progresivo estancamiento, si no retroceso, de las Ediciones Limitadas en favor, primero, de las Ediciones Especiales y, segundo, de la simple multiplicación de versiones.

El coleccionismo como pulsión humana ya ha sido suficientemente explicado por antropólogos y sobradamente experimentado por los amantes de cualquier producto el cual sentimos a menudo la tentación de acumular aunque el objeto en cuestión carezca de utilidad práctica alguna. Desde sellos hasta automóviles pasando por camisetas, imanes de nevera o botecitos de arena, todo vale.

Esta pulsión coleccionista es la que sirve, fundamentalmente, para justificar la fabricación de Ediciones Limitadas en el mundo de la estilográfica, un fenómeno que apareció con fuerza en los años 80 del pasado siglo y que llegó a su cénit en los años anteriores a la gran crisis de mediados de la primera década del S. XXI. Las marcas descubrieron, de repente, que las plumas se podían convertir en objetos con valor de cambio y que, su disminuida utilidad práctica, podía compensarse con la multiplicación de sus valores financieros, basados, justificados y multiplicados por las ediciones limitadas. Así que se lanzaron en tromba a producir este tipo de estilográficas aprovechando cualquier tipo de conmemoración, desde un concreto aniversario hasta la lista de los Reyes Godos. El caso era producir algo financieramente atractivo y de tirada restringida  que justificase el inicio de una colección revalorizable.

Pasado algún tiempo, el fenómeno de las Ediciones Limitadas ha sufrido una brusca paralización. Como es natural, la primera razón es su desbordamiento cuantitativo. Al desaforado aumento de la oferta, sigue una automática contracción de los precios porque la demanda no es capaz de absorberla. Al mismo tiempo, el exceso de oferta acaba por desnaturalizar la esencia misma de las Ediciones Limitadas que dejan de ser tan limitadas por su ingente número y, al mismo tiempo, ya no resultan tan atractivas como valor de cambio. Por decirlo en otras palabras: la limitación editorial es rebasada por el ilimitado número de propuestas.

Marcas de solera, como algunas inglesas o italianas que todos conocemos, han hecho esfuerzos ímprobos por remontar sus problemas financieros a golpe de Ediciones Especiales, barroquísimas y carísimas, apurando el concepto, en ocasiones, hasta el ridículo. El resultado, sin embargo, ha sido lamentable. Ni han conseguido superar sus problemas ni el modelo de negocio admite un candidato más. Pioneras en la materia como Montblanc han logrado seguir a flote aunque me parece evidente que la línea de negocio basada en las ediciones limitadas está dando sus últimas boqueadas. No desaparecerá, probablemente, pero no será, desde luego, la panacea universal que ha pretendido ser para la industria estilográfica. Montblanc cada vez vende menos plumas y más relojes, carteras y perfumes.


El mundo del lujo existe y seguirá existiendo, pero esta es una realidad social y económica que se rige por sus propias reglas. El objeto de lujo no es tan relevante por sí mismo como por su precio y su capacidad representativa. Ahí es donde radica el quid de la cuestión y lo que determina la existencia de palabras tan comercialmente atrayentes como exclusividad, privacidad, grupo selecto o privilegio. En realidad, lo verdaderamente selecto es el grupo de personas con capacidad económica como para regalar una pluma de 150.000 euros o beberse una botella de vino de 250.000; la pluma o el vino es lo de menos, lo que cuenta es su precio, del que el objeto en cuestión no es más que un icono.


Pues bien, dejando aparte los estrechos límites en los que se mueve el mundo del lujo extremo, asistimos a un nueva movimiento industrial en pos, no de la exclusividad, sino de la satisfacción del impulso coleccionista mediante vías mucho más sostenibles.  Descartado el valor de cambio como método para conseguir precios de venta altos, los nuevos fabricantes han optado por multiplicar su oferta mediante diferentes versiones de sus instrumentos más conocidos, manteniendo, eso sí, los precios. Es, en realidad, una manera de sostener las ventas satisfaciendo el placer de coleccionar. El fabricante no necesita estrujarse el magín para atraer a unos compradores que, a su vez, pueden disfrutar de modestas y atractivas colecciones que no castigan su bolsillo y que, a largo plazo, incluso pueden constituir una cierta inversión.

La marca pionera en este campo ha sido Lamy y su modelo Safari, del cual se han producido multitud de versiones en todos los colores y materiales hasta convertirla, no solo en una pluma de referencia en el aspecto utilitario sino, al mismo tiempo, en un objeto de colección con sorprendentes revalorizaciones como la primera Savannah que hoy se vende en el mercado secundario por encima de los 1000 euros siendo una Safari exactamente igual a las demás.



(foto: andersonpens)

Al hilo de la exitosa estrategia de Lamy, han nacido como setas sus imitadores y ahora, prácticamente cualquier gran fabricante tiene en el mercado numerosas versiones de algunos de sus modelos más emblemáticos que, sin incremento final de precio y durante un tiempo generalmente determinado, enriquece la oferta con diferentes colores, acabados o presentaciones. Es el caso notabilísimo de Pilot con sus innumerables versiones de la Capless, Prera, Petit o de la Urban/Metropolitan; de Platinum con su Preppy; de Pelikan con su M200; Delta con sus nuevas Federico; Sailor con sus PG. Twsbi con sus 580AL y casi todas las demás con algún modelo característico. Como se puede apreciar, en casi todos los casos se trata de plumas normales que únicamente ven alterado su color o su presentación. Como tienen un precio asequible, la tentación de hacerse con la colección o con más de un ejemplar, es muy grande y ahí radica su éxito. Casi todas las marcas están participando, en mayor o menor grado, de esta nueva estrategia comercial.



(foto: Pilot)

Nótese que el aspecto esencial de esta estrategia comercial ya no consiste en ofrecer unos pocos colores para que el comprador elija el que más le gusta (este era el método tradicional) sino que ahora pretende que el cliente los adquiera todos o  un gran número de ellos. Además, ya no se busca la exclusividad de la edición limitada sino la mera satisfacción del afán coleccionista del comprador.

El éxito de esta nueva estrategia está a la vista. Las nuevas versiones de las plumas indicadas se agotan en los distribuidores y llenan las carteras de los aficionados a precios razonables y con gran satisfacción de sus gustos coleccionadores. Ello me induce a pensar que el mercado está en un momento de cambio que, probablemente, conllevará algunas consecuencias para el modelo tradicional de las Ediciones Limitadas de alto precio y cada vez menor interés, en favor de iniciativas menos elitistas y mucho más democráticas y dinámicas como las que protagoniza la nueva industria de las versiones múltiples. A rey muerto, rey puesto.









martes, 26 de abril de 2016

Novedades en Twsbi

Imagino que los lectores estarán al corriente de los movimientos en el catálogo de TWSBI pero me ha parecido oportuno hacer aquí una somera actualización en tal sentido para dar noticia de los movimientos de la taiwanesa y de cómo progresa en pos de una oferta cada vez más amplia y, al mismo tiempo, más ajustada. Twsbi se va deshaciendo de modelos poco vendidos y ofrece novedades y avances en los más exitosos.

Esta dinámica empresarial, que se produce en tiempo real, es uno de los grandes valores de la marca y consigue que sus plumas se vendan cada vez mejor. De hecho, es frecuente ver el aviso de agotado en muchos modelos que ofrecen los distribuidores de la marca.


Eco Clear

Los primeros modelos de la Eco tenían el capuchón y el culote en negro y blanco respectivamente. El tercera versión de esta exitosa pluma de Twsbi, es el clásico transparente con el que se inició en las ya viejas conocidas 540 y 580. A petición popular, la nueva Eco supone una mejora estética innegable puesto que una de las quejas que se hicieron del modelo era el excesivo peso visual del capuchón que, haciéndolo transparente, aligera enormemente su presencia.

 La Eco se ha convertido en una superventas y tiene buenos motivos para ello. Su mecánica de pistón y su precio de catálogo inferior a 30 dólares, aunque ligeramente incrementado por los distribuidores y los gastos de envío, sigue siendo una baza ganadora. Ahora, además, es bastante más bonita.



Vac Mini

La versión más portátil de la Vac 700 es una pluma preciosa, ligera, portátil, simpática y con el mismo fantástico sistema de bomba de vacío de su hermana mayor. En realidad, también sus formas han cambiado y se han hecho más compactas y armónicas, dejando de lado las líneas ligeramente cóncavas de la 700.
El resultado de esta jibarización y puesta al día  formal resulta estéticamente muy atractivo, convirtiendo el nuevo modelo en otro gran éxito para Twsbi. Una pluma con este precio, esa mecánica y la belleza de una demonstrator, tiene pocos competidores.



580AL Verde

La 580 de aluminio ha terminado por convertise en la pluma esencial de Twsbi. Sus líneas se han depurado con los años y los problemas con los materiales parecen haber sido definitivamente superados gracias a una decidida intervención d ella marca y a un servicio al cliente realmente soberbio.




El éxito del modelo no ha hecho que Twsbi se duerma en los laureles y ha comenzado a explorar la técnica del versionado, adornando la pluma con diversos colores a cual más atractivo. El último es un verde manzana que aporta a la pluma una simpáticas notas de color que realzan su belleza. Es difícil sustraerse a la tentación de coleccionarlas, que es de lo que se trata. Pero por el precio de esta magnífica pluma, pocos podrán lograrlo.

El catálogo de Twsbi se amplia, se depura y se perfecciona. Sus modelos se adaptan como pocos a los deseos de sus clientes y van convirtiendo esta marca recién llegada al mercado, en un auténtico fenómeno industrial. 



sábado, 23 de abril de 2016

Delta Federico Trevi: Nuevas soluciones a viejos problemas

Hemos hablando recientemente de Delta y de su paso adelante con relación a la distribución privilegiada de Marte Módena y el cambio en su paradigma negocial. No voy a insistir aquí en este fascinante movimiento industrial en favor de los consumidores sino a analizar uno de sus nuevos productos, una estilográfica que forma parte de la última colección de colores del modelo Federico: la Trevi.

La Trevi, como todas las plumas del modelo Federico, se ofrece en una soberbia caja de cartón duro de enorme tamaño que contiene un tintero y un estuche interior de plástico decorado con tapa transparente atornillada. El conjunto va acompañado de una profusa documentación y una elegante solapa de cartón que decora la caja exterior. Impresionante muestra de poderío, desde luego.



La pluma es, en esencia, la enésima variación de una Dolcevita con su característica disposición de colores (capuchón, boquilla y culote en un tono y cuerpo en otro), el distintivo clip con ruedecilla giratoria y sus inconfundibles y ya veteranas formas macizas.


El hecho de que estos detalles estilísticos hayan sido exprimidos por Delta hasta el paroxismo, no significa que no sean atractivos. Siempre me ha gustado la potencia visual de esta pluma, ancha, musculosa y compacta, de extremos chatos y generoso diámetro, que parece hecha para llenar la mano del usuario.  Es una pluma monolítica y firme, de imponente presencia y generosa consistencia.


La Federico es una Dolcevita sin grandes modificaciones aparentes, aunque las hay.  Las ha detallado con exquisita precisión La Tortuga Vacumática en esta reciente entrada. En el caso que nos ocupa, también se dan. La Trevi posee el mismo anillo rodiado en el capuchón, en lugar del tradicional de plata de las Dolcevita; la simplificación de las formas y las piezas y un sistema de carga mediante convertidor pistonizado, es decir, fijado en el interior del cuerpo y accionado mediante una rosca que se descubre al retirar el culote.


Debo decir que el sistema es muy atractivo, pues, no dejando de ser un convertidor y, por tanto, siendo limitada su capacidad, se acciona de manera más interesante y aporta al usuario una sensación prácticamente idéntica a la del pistón tradicional. Por otro lado, el diseño supone reforzar le mecánica del convertidor con unos anclajes que otorgan mayor solidez y precisión al conjunto.


La Trevi se presenta en una combinación blanca y negra de color muy atractiva. Dejando de lado el tradicional naranja de las Dolcevita y sus derivaciones, esta estilográfica me resulta mucho más sobria y elegante. El vestido blanquinegro le da mayor empaque y originalidad. La resina del cuerpo es un material  jaspeado, con irisaciones perladas, de gran profundidad y belleza. Se trata de una pieza torneada a mano con gran precisión.


El capuchón conserva las formas de la Dolcevita, su clip, el logo en el extremo superior y la apariencia general. Es cierto que la simplificación del anillo inferior constituye un evidente abaratamiento de costes pero no resulta decepcionante porque contribuye a una mayor limpieza de líneas del conjunto y a la eliminación del engorro que supone la necesaria limpieza de la plata la cual, tarde o temprano, se oscurece y ensucia de manera notable. Quizá sea hacer de la necesidad virtud, pero no me parece que el resultado estético de esta modificación perjudique demasiado a la pluma.


El capuchón porta el número de la pluma y el nombre del modelo. Ignoro si esto significa que se trata de una edición numerada, limitada o especial. Nada se dice en la documentación aunque, si hemos de deducir por los numerales del capuchón, estaríamos ante una edición de 9.999 ejemplares.


El plumín de la Trevi introduce por primera vez en la gama, el plumín fusión monotono. Como se sabe, la cualidad principal de este plumín era ser bitono, destacando la pieza de oro dorada sobre el acero del soporte. Pues bien, en este caso, todo el conjunto es rodiado lo cual, a mi juicio, multiplica la elegancia de la estilográfica sin concesión alguna a lo vistoso ni a lo llamativo. Todo hace que la Trevi sea un producto refinado pero de buen gusto y contenida mesura.


El empeño de esta pluma es francamente bueno. A estas alturas, todavía no soy capaz de entender las ventajas mecánicas del plumín fusión, pero en la práctica, escribe de forma magnífica, proporcionando una línea jugosa, amplia e ininterrumpida como el de cualquier pluma de calidad. Las Delta son plumas de buen flujo y esta también lo es. Su punto medio es generoso y permite una escritura rápida y llena, sin problemas de cortes ni de titubeos.


Tampoco he encontrado defectos en esta pluma. He observado con atención las roscas y los acabados y, sinceramente, no los he encontrado. Todo funciona como corresponde y no hay imperfecciones en el torneado y pulido de la Trevi. Es una pluma sencilla, y sin filigranas compositivas, desde luego, pero sus acabados son absolutamente correctos.


Una de las cosas mejores de esta Delta es su precio. Utilizando el sistema de subastas de la distribuidora, pude adquirirla por unos 120 euros, un precio decididamente favorable para la calidad y belleza de esta estilográfica.


¿Puede competir con, digamos, una buena japonesa de igual o inferior precio? Difícilmente, pero la Delta es una pluma muy hermosa, decentemente fabricada, y su rendimiento, aunque sea inferior al de una Sailor 1911, por decir algo, tampoco desmerece su precio. Es, en definitiva, una pluma con una relación calidad/precio aceptable.



Si estas son las nuevas soluciones comerciales de Delta, bienvenidas sean. La Trevi y, en general, las Federico, son plumas de calidad, gran belleza y buen rendimiento, a precios justos. Una combinación que siempre da buenos resultados en el mercado.


miércoles, 20 de abril de 2016

La Gran Clasificación de Marcas (4) Conservadores

Bajo este epígrafe, más inspirador que técnico, me refiero a empresas seguidoras, es decir, que aspiran a sobrevivir en el mercado manteniendo su cuota pero sin hacer grandes inversiones o movimientos en desarrollo, tanto del mercado como del producto.

Este tipo de empresa no aspiran a liderar el mercado, sino a continuar en él. Carecen de objetivos de crecimiento o desarrollo del producto y sus estrategias de mercado no están diseñadas para aprovechar las condiciones y oportunidades del mercado sino para mantenerse en él con estrategias de inversión o desinversión conyunturales que únicamente les permitan sostenerse. Dado este planteamiento, el factor supervivencia de una empresa así, puede llegar a desaparecer, cosa que ocurre con relativa frecuencia.

Pelikan




Pese a su relativa solidez en el mercado, la celebérrima Pelikan es una empresa muy conservadora, de movimientos estratégicos muy limitados aunque, en los últimos tiempos, ha iniciado una nueva etapa orientada, por un lado, al lujo y, por otro, a una multiplicación de la oferta mediante el simple expediente de los cambios formales en sus modelos de siempre. Las ediciones especiales y limitadas se multiplican porque han dado buen resultado gracias a la fiebre coleccionista de algunos aficionados y, al mismo tiempo, ha extendido su oferta en la gama asequible añadiendo colores y terminaciones de todo tipo. Pelikan es una marca extraordinariamente conservadora en su catálogo que, en lo básico, apenas a cambiado a lo largo de los años, pero tiene a su favor una reconocida calidad (últimamente algo vapuleada por la externalización de la producción) y una enorme empresa detrás con numerosos productos de éxito que le permiten el lujo de seguir siendo un clásico en el mundo de las estilográficas.

Cross




Otro clásico que ha sufrido los vaivenes de las compraventas empresariales pero que parece haberse estancado en torno a un puñado de modelos clásicos sin grandes ambiciones de expansión. Sigue conservando un halo de marca tradicional aunque sin innovaciones importantes, pero ello contribuye a sostener su imagen de clásico intemporal, con buen servicio y una calidad razonable, que mantiene un público fiel. Sus incursiones en la gama alta, como el fabuloso modelo  Peerless con un soberbio plumín de origen Sailor, no tienen demasiado éxito pese a que se trata de buenas plumas que, sin embargo, adolecen de una estética demasiado vista. Últimamente, parece que intenta pulsar el mercado de las ediciones limitadas como la Star Wars.

Aurora




La italiana es una de las casa con más solera del mundo y sus plumas gozan de una calidad sobresaliente. Pero sigue aferrada a sus modelos clásicos sin grandes innovaciones aparte de ediciones especiales o limitadas basadas en ellos. Compite con demasiadas marcas como para convertirse en una superventas pero su calidad y su tradición le permiten seguir en la brecha aunque sea a costa de ser un fabricante para connoisseurs. Algunas de sus incursiones estéticas en el terreno de las ediciones limitadas son para olvidar.

Visconti




A diferencia de Aurora, Visconti ha hecho denonados esfuerzos por colocarse a la vanguardia de la industria estilográfica italiana y, por ahora, lo ha conseguido con modelos que ya se han convertido en clásicos pese a la juventud de la casa florentina. Con todo, su catálogo actual se ha reducido bastante y se ha concentrado en algunas estilográficas de probado éxito. Visconti ha conseguido ofrecer plumas muy hermosas con una calidad y un buen desempeño aunque, por desgracia,  no siempre exento de fallos. Su proyección futura es una incógnita aunque tiene un numeroso grupo de partidarios en mercados clave como el norteamericano.


Tombow


La marca japonesa mantiene un catálogo de estilográficas muy reducido pero de gran calidad. Aunque sus diseños son rompedores y de acabados perfectos, no ha sido renovados en mucho tiempo y, aún así, siempre en pequeñas dosis. No pretende competir con ninguna de las tres grandes y se conforma con estar al resguardo de su buena fama y de una clientela fiel a sus cualidades. Sus productos merecerían tener una mayor difusión pero no parece que incrementarla sea una de las prioridades de esta marca.

Easterbrook






La nueva Esterbrook, revivida por Robert Rosenberg tras haberse hecho cargo de la también renacida Conklin,  se encuentra en un cierto momento de indefinición estilística y estratégica. Sus nuevos modelos navegan entre el revival y el lujo de las ediciones limitadas. Su distribución, empero, está muy limitada a los Estados Unidos y, por tanto, con poca proyección internacional. Su posición me parece difícil de sostener a largo plazo a menos que haga una apuesta seria por mejorar.

Conklin





La mítica Conklin se resguarda, también en este caso, en un catálogo muy concentrado en modelos de inspiración vintage. Son plumas muy bellas pero con algunos problemas de calidad en su desempeño. Pese a todo, el peso histórico de la marca hace que pueda mantenerse a flote aunque, prácticamente, solo en torno al mercado de los Estados Unidos. Habrá que esperar nuevos movimientos pero, de momento, su estrategia permanece bastante estática.

Staedler

Casi una recién llegada al mundo de la estilográfica, Staedler ha puesto en el mercado algunas plumas de bella factura, razonable desempeño y altos precios. No está claro hacia dónde pretende que le conduzca su estrategia aunque, de momento, se conforma con una cuota de mercado bastante limitada, apoyada en el aura de calidad de las plumas alemanas y en un estilo a medio camino entre Faber-Castell y Caran D'Ache. Son plumas demasiado caras para competir con otras marcas mucho más reconocidas pero Staedler es una enorme empresa que puede permitirse estos lujos.

Waterman


Otra marca histórica que mantiene su posición en torno a un catálogo contenido en el que siguen algunas piezas fabulosas como la Edson y tan bellas como la Carene, junto a otras de gama intermedia o baja de buena calidad aunque de escaso impacto estético. Waterman sigue siendo un emblema y sus productos son universalmente apreciados aunque no haya una estrategia empresarial clara hacia ningún otro lado que no sea el de sostenerse, sin más, en el mercado.

Parker


De la Parker de los años 40 a 60 no queda más que una sombra que se sostiene en base a algunas ediciones especiales o limitadas y al éxito de la Duofold, modelo explotado durante casi 30 años pero ya al límite de su aprovechamiento. El resto de su catálogo, lo constituyen plumas de calidad dudosa y estética mejorable, salvo excepciones modernas que permiten albergar esperanzas. De momento, la inercia de esta marca le permite sostenerse gracias, por otro lado, a una distribución muy eficaz.

Sheaffer




Tampoco la Sheaffer actual se aproxima a lo que fue en sus mejores años. De la cabeza tecnológica e innovadora en la que estuvo durante tres décadas, ha pasado a una cómoda posición en el pelotón desde la que se contenta con  explotar su imagen de marca y alguno de sus modelos más icónicos como la Legacy. Sigue siendo una marca omnipresente gracias a una magnífica red de distribución pero su peso en ventas está actualmente muy limitado. Sheaffer lo ha sido todo y hoy se mantiene a la sombra de su propia historia.


Stipula


Los rumores sobre la viabilidad de Stipula se vienen escuchando hace años aunque lo cierto es que la marca aún se mantiene pese a los graves problemas por los que ha atravesado. La otra gran casa florentina exhibe algunas de las plumas más hermosas de la industria italiana, con un trabajo del celuloide realmente excepcional. Lástima que su desempeño sea tan poco regular y, frecuentemente, pobre.  Su catálogo no es muy amplio y su modesta, aunque tenaz, posición en el mercado, está rodeada de peligros.

Bexley




La casa norteamericana produce algunas de las plumas más interesantes del mercado actual aunque no tiene casi presencia fuera del continente americano y no parece que quiera hacer el esfuerzo de intentarlo. Su clara vocación vintage, le ha permitido producir estilográficas de gran belleza y fuerte personalidad. El catálogo de la marca de Columbus es, con todo, muy corto para ser considerada una de las grandes.


Laban


La marca de Taiwan cuenta con plumas muy interesantes, con una relación calidad/precio enormemente favorable. Últimamente, ha abandonado algo las plumas baratas con las que empezó y se ha dedicado a modelos más representativos e incluso ediciones especiales. La calidad de sus plumines y sus acabados, le permiten ocupar un lugar de privilegio entre las plumas orientales no japonesas, si bien titubea a la hora de dar un salto de distribución cualitativo que incluya a Europa entre sus objetivos.

Caran D'Ache



La marca suiza lleva muchos años manteniendo una posición bien afianzada en el mundo del lujo y las plumas de calidad aunque sin grandes ventas ni modelos de fama. En realidad, la discreción de esta casa es casi comparable a la del país, sin que sufra vaivenes de modas o demanda que le hagan cambiar de estrategia. Su inmovilismo empresarial parece garantizarle una cómoda posición pese a que compite con numerosos fabricantes en su segmento, especialmente franceses y alemanes.


Delta

Las sospechas sobre el futuro de la casa italiana no logran ocultar la permanente creatividad y belleza de sus creaciones. Las Delta son plumas hermosas, con un diseño original y atractivo, dentro de unas líneas macizas y rotundas que son firma de la casa. El exceso de presencia comercial de alguno de sus modelos como la Dolce Vita, en sus infinitas variaciones, puede perjudicar su estrategia. Delta también ha explorado a fondo las Ediciones Especiales aunque, por lo general, sin excesos barrocos. Los modelos innovadores de sus primeros años han ido dando paso a plumas mecánicamente sencillas y de producción mucho más asequible. Su estrategia más o menos soterrada de reducción de precios, está dando sus frutos.



Faber-Castell


La otra gran alemana fabrica plumas tan interesantes como bellas. La calidad de su construcción y su, en general, buena relación calidad/precio, le garantizan un puesto de privilegio entre los productores europeos. Pero Faber-Castell parece haberse concentrado en unos pocos productos de enorme calidad pero poco ambiciosos desde el punto de vista de la innovación,  dejando para su filial de lujo Graf von Faber-Castell las grandes producciones. La gran potencia de la marca en el terreno del material de oficina, le permite mantener la división de estilográficas con desahogo y estabilidad aunque no sean superventas.


A mi juicio, estas son las marcas más representativas de esta categoría. Como se ve, es la más numerosa y no por ello la de menos calidad. Es el espíritu estratégico de estas marcas el que determina su pertenencia a un segmento en el que se navega con mayor o menor ritmo, pero con la ayuda de pocas innovaciones, dejadas de lado en beneficio de un cierto conformismo empresarial.

(todas las fotografías son de las marcas)