Visconti ha sabido mantenerse con una producción razonablemente equilibrada entre ediciones especiales, modelos más a sequibles como la Van Gogh o la Rembrandt y algunas producciones modernas de enorme calidad y capacidad de seducción como la Homo Sapiens o la Divina Proporzione.
Precisamente la pluma que hoy traigo a los lectores es una versión reducida de la divina Proporzione.Se trata de la Divina Desert Springs, inspirada en su hermana mayor pero con acabados más asequibles.
Ambas plumas se basan en la llamada divina proporción o número áureo, una cifra algebraica irracional que describe una relación o proporción entre dos segmentos de una recta y que se resume en 1.618 (0,618). Según Euclides: "Se dice que una recta ha sido cortada en extrema y media razón cuando la recta entera es al segmento mayor como el segmento mayor es al segmento menor". Dejando aparte las curiosidades geométricas y matemáticas de este número o proporción, lo que nos interesa es que, además, se atribuye una cualidad estética e incluso mística a los objetos cuyas medidas la guardan.
La Divina Desert Springs guarda esta proporción entre el largo total, el capuchón, y el cuerpo de la pluma. Visconti lo explica detalladamente en la documentación que se adjunta en la cual aparece un esquema al respecto.
Pero incluso para quien no aprecie la belleza intrínseca de esta proporción, la Divina sigue siendo una pluma hermosísima. Toda ella está diseñada en torno a una espiral en celuloide de color nogal con irisaciones, al que atraviesan varias líneas blanquinegras a modo de sutiles rasgos serpenteantes que resaltan y contratan con la calidez del material base. La belleza del material hace de esta pluma una pieza impresionante.Yo le achacaría, si acaso, un pequeño exceso de ostentación que, no sé muy bien a qué responde, pero que la pieza me transmite.
La forma espiral no resulta en absoluto incómoda para el manejo de la pluma. Al contrario, ofrece mayor facilidad de agarre y, dado que la boquilla es completamente lisa, no estorba en absoluto a su funcionalidad. Se trata, en todo caso, de una gran pluma de 150 mm. de largo, una pieza superior a la media del mercado. Esto contribuye a su imponente presencia.
El cuerpo de la pluma cuenta con un visor dividido en cinco ventanas longitudinales que permiten conocer el estado de la carga de tinta. Pero los dos detalles que hacen de esta pluma una genuina sorpresa son, por un lado, el sistema de cierre del capuchón y, por otro, el sistema de carga.
El capuchón es una pieza aparentemente normal pero cierra a bayoneta, como el objetivo de una cámara réflex, Visconti lo denomina Hook Safe Lock o cerradura de seguridad de gancho y se realiza presioando el capuchón contra el cuerpo y, a continuación, haciendo un pequeño giro. De esta manera, rápida y elegante, el capuchón queda perfectamente asegurado. Sin llegar a forzarlo, he podido comprobar que la unión es sólida.
La segunda característica singular de esta pluma es su sistema de carga que Visconti denomina "Push & Pull touchdown filler", una versión de su tradicional bomba de vacío.
El sistema está totalmente encerrado en al cuerpo de la estilográfica. Para ponerlo en funcionamiento, es preciso presionar ligeramente el botón metálico del extremo superior del cuerpo; con ello, la pieza sale ligeramente hacia atrás y, tirando de ella un poco más, se extrae una barra de pistón. Si sumergimos el plumín en tinta y presionamos con decisión esta barra de nuevo hacia el interior del cuerpo, el depósito se llenará limpiamente. Este soberbio sistema es, en efecto, una variación de la tradicional bomba de Visconti, aquí sin doble cámara, cuya única desventaja es la merma en la capacidad del depósito, debido a que parte del cuerpo de la pluma alberga el pistón extraíble.
Este sistema de carga, eficiente, original y artístico, es, a mi juicio, uno de los grandes atractivos de esta gran estilográfica. El conjunto que hace con el celuloide, la convierten en un modelo de éxito como, en efecto, ha ocurrido.
El clip de la pluma es un viejo conocido de Visconti. No es el original de sus primeros modelos que tanto me atrae, sino el más moderno en forma de puente con el nombre de la marca grabado en los laterales. Es un clip de buena factura y gran funcionalidad aunque me parece algo impersonal.
El plumín que lleva la Divina es el ya conocido estándar Visconti de oro de 18K con su convertidor habitual. Es un plumín grande y muy hermoso, con la flor de lis, símbolo de Florencia, grabada en dos tonos. Quizá se echa de menos algún diseño específico para esta pluma tan singular que, infelizmente, no parece merecerlo para su fabricante. Buen plumín; muy bello; pero estándar.
La pluma es una edición limitada, cómo no, a 1618 ejemplares. Su precio, a día de hoy y en el mercado secundario, ronda los 600 euros lo que la coloca claramente en el segmento superior aunque no se trate de una etiqueta disparatada. Pensemos que ése es el precio de una Montblanc 149 normal, cuyas virtudes no alcanzan a la Divina en casi nada.
La Divina Desert Springs es una pluma muy bella, muy bien ejecutada y llena de detalles de interés. Quizá no sea una pluma para usar todos los días y resulte ligeramente ostentosa, pero no deja de ser una pieza soberbia, digna del fabricante florentino.
Pero incluso para quien no aprecie la belleza intrínseca de esta proporción, la Divina sigue siendo una pluma hermosísima. Toda ella está diseñada en torno a una espiral en celuloide de color nogal con irisaciones, al que atraviesan varias líneas blanquinegras a modo de sutiles rasgos serpenteantes que resaltan y contratan con la calidez del material base. La belleza del material hace de esta pluma una pieza impresionante.Yo le achacaría, si acaso, un pequeño exceso de ostentación que, no sé muy bien a qué responde, pero que la pieza me transmite.
La forma espiral no resulta en absoluto incómoda para el manejo de la pluma. Al contrario, ofrece mayor facilidad de agarre y, dado que la boquilla es completamente lisa, no estorba en absoluto a su funcionalidad. Se trata, en todo caso, de una gran pluma de 150 mm. de largo, una pieza superior a la media del mercado. Esto contribuye a su imponente presencia.
El cuerpo de la pluma cuenta con un visor dividido en cinco ventanas longitudinales que permiten conocer el estado de la carga de tinta. Pero los dos detalles que hacen de esta pluma una genuina sorpresa son, por un lado, el sistema de cierre del capuchón y, por otro, el sistema de carga.
El capuchón es una pieza aparentemente normal pero cierra a bayoneta, como el objetivo de una cámara réflex, Visconti lo denomina Hook Safe Lock o cerradura de seguridad de gancho y se realiza presioando el capuchón contra el cuerpo y, a continuación, haciendo un pequeño giro. De esta manera, rápida y elegante, el capuchón queda perfectamente asegurado. Sin llegar a forzarlo, he podido comprobar que la unión es sólida.
La segunda característica singular de esta pluma es su sistema de carga que Visconti denomina "Push & Pull touchdown filler", una versión de su tradicional bomba de vacío.
El sistema está totalmente encerrado en al cuerpo de la estilográfica. Para ponerlo en funcionamiento, es preciso presionar ligeramente el botón metálico del extremo superior del cuerpo; con ello, la pieza sale ligeramente hacia atrás y, tirando de ella un poco más, se extrae una barra de pistón. Si sumergimos el plumín en tinta y presionamos con decisión esta barra de nuevo hacia el interior del cuerpo, el depósito se llenará limpiamente. Este soberbio sistema es, en efecto, una variación de la tradicional bomba de Visconti, aquí sin doble cámara, cuya única desventaja es la merma en la capacidad del depósito, debido a que parte del cuerpo de la pluma alberga el pistón extraíble.
Este sistema de carga, eficiente, original y artístico, es, a mi juicio, uno de los grandes atractivos de esta gran estilográfica. El conjunto que hace con el celuloide, la convierten en un modelo de éxito como, en efecto, ha ocurrido.
El clip de la pluma es un viejo conocido de Visconti. No es el original de sus primeros modelos que tanto me atrae, sino el más moderno en forma de puente con el nombre de la marca grabado en los laterales. Es un clip de buena factura y gran funcionalidad aunque me parece algo impersonal.
El plumín que lleva la Divina es el ya conocido estándar Visconti de oro de 18K con su convertidor habitual. Es un plumín grande y muy hermoso, con la flor de lis, símbolo de Florencia, grabada en dos tonos. Quizá se echa de menos algún diseño específico para esta pluma tan singular que, infelizmente, no parece merecerlo para su fabricante. Buen plumín; muy bello; pero estándar.
La pluma es una edición limitada, cómo no, a 1618 ejemplares. Su precio, a día de hoy y en el mercado secundario, ronda los 600 euros lo que la coloca claramente en el segmento superior aunque no se trate de una etiqueta disparatada. Pensemos que ése es el precio de una Montblanc 149 normal, cuyas virtudes no alcanzan a la Divina en casi nada.
La Divina Desert Springs es una pluma muy bella, muy bien ejecutada y llena de detalles de interés. Quizá no sea una pluma para usar todos los días y resulte ligeramente ostentosa, pero no deja de ser una pieza soberbia, digna del fabricante florentino.
Gracias a Ricardo por permitirme presentar esta pluma