miércoles, 12 de abril de 2017

Oliver F27: Camino por recorrer

Oliver es una marca india que fabrica estilográficas de gama asequible junto con otras, mucho más baratas, para estudiantes. Se distribuye a través de varias páginas web muy conocidas y, además, suele acompañar a las Ranga en las eventuales ofertas que ofrece el conocido fabricante del subcontinente.

Oliver pretende ofrecer estilográficas de una cierta calidad pero, sobre todo, que sean atractivas y eso le ha llevado, en la gama intermedia de su catálogo, a fabricar plumas con cuerpo en material acrílico multicolor.

La idea es buena aunque el resultado no sea óptimo. La 27 es una pluma que, en conjunto, es aceptable aunque presenta defectos de acabado que no dejan lugar a dudas sobre su origen.

La Oliver 27 es una pluma de buen tamaño, casi como el de una Lamy Safari. 137 mm. Esto es típico de las plumas indias que, por alguna razón que desconozco, tienden a ser de medidas generosas. A mí me gustan las plumas grandes así que no protestaré por ello, pero el riesgo que asumen estas unidades es el de sus acabados, puesto que en las grandes dimensiones, los defectos suelen ser mucho más evidentes.


El principal valor estético de la pluma es el acrílico con el que está construida. Se trata de un material de buena calidad y bello colorido. No alcanza, desde luego, el de las grandes marcas especialistas (por ejemplo, Visconti) ni mucho menos el de los insuperables celuloides italianos (por ejemplo, la difunta Omas), pero es forzoso reconocer que India está fabricando actualmente mucho de este buen material que usan, por cierto, otras marcas bastante conocidas. La oferta de Oliver es muy variada aunque algunos colores son demasiado op art para mi gusto.


(foto: Ranga)

La pluma que presento es una Chocolate Cracked Ice, una combinación de marrones con blanco y crema que me resulta muy interesante. Además, se trata de una gama muy original, difícil de encontrar en otras marcas.


El material es rico, tiene unos colores muy atractivos, agradable profundidad y un buen mecanizado. Tratándose de una pluma torneada a mano, el resultado es francamente positivo. No se aprecian marcas, irregularidades o defectos en la superficie aunque se aprecia el torneado a mano y un pulido algo basto. Toda la pluma está construida en esta resina, incluida la boquilla.


La calidad no es igual en lo tocante a los componente metálicos. El trabajo en metal de las estilográficas orientales suele ser su talón de Aquiles; esto se aplica a los plumines, sin duda, pero también a las fornituras, los anillos, las bandas, los remates y el clip. Defectos de cromados, irregularidades en los baños y  pobres acabados en el pulido suelen ser moneda común en ciertos modelos.


En el caso que nos ocupa, la belleza del acrílico se ve contrarrestada por un cromado francamente mejorable de las partes metálicas. Véase el detalle del anillo superior del capuchón.


Tampoco el ajuste de las piezas es perfecto. Las roscas son plenamente funcionales pero el mecanizado y los ajustes no son los mejores posibles.


El clip,  incluye grabado con laser la leyenda "Oliver F27".  Como se puede apreciar, los cromados son mejorables.


El capuchón cierra por presión y lo hace de manera segura y firme.


La pluma se alimenta por cartucho/convertidor. A elección del cliente y por un pequeño sobreprecio, puede instalarse un conjunto Schmidt.


El plumín original es un Ambitious  de fabricación india. Es de gran tamaño aunque su decoración resulta algo pobre y su pulido mediocre. El conjunto se inserta a presión en la boquilla.



  El alimentador es de material acrílico transparente. Cumple muy bien su función.


Toda la pluma es desmontable a mano con suma facilidad.


Pese a las posibles reservas, la escritura con esta pluma es de razonable calidad. La línea que proporciona es nítida y fluida. El plumín indio resulta ser muy eficiente y con un resultado práctico francamente sorprendente. No hay titubeos ni comienzos difíciles. Es un grosor medio que se comporta como tal.


En resumen, se trata de una pluma con ciertas pretensiones que logra mantenerse en un nivel aceptable. Su precio es adecuado a la resina que luce y,  salvo ofertas a la baja,  puede conseguirse por unos 30 dólares. Con un conjunto Schmidt, el precio sube hasta los 50. Hay rumores según los cuales Oliver ha dejado de producir esta pluma aunque aún puede encontrarse en los habituales distribuidores indios de los cuales es justo resaltar su buen servicio postventa.

A su favor tiene un buen desempeño y la belleza de su resina y, en contra, la mala calidad de sus fornituras. Por el precio indicado, es una pluma decente aunque, a la postre, hay muchas alternativas en ese rango que la hacen menos apetecible de lo que parecería. Aún queda camino por recorrer.





7 comentarios:

  1. Un acrílico bonito desperdiciado con un acabado mediocre y malas fornituras. Desempeño mejorable, posiblemente predecible por el hecho de que su alimentador "cumple" con la función para la que fue hecho. En definitiva con respeto al fabricante del acrílico y a los artesanos que trabajan estas piezas, creo que se trata de estrategias comerciales a gran escala y no de colocar en cada mano un producto de calidad. Las imágenes que Pedro nos muestra de los metales son dignas de un taller de metalurgia para industria pesada. Pero lo más importante es que a todas estas a plumas les falta algo muy importante: "la prueba del paso del tiempo". No tengo muy claro volcarme a coleccionar estas piezas, además, tengo un fundado temor de impregnar mi casa o estudio, del "hedor" característico. Por cierto Pedro, no nos hablaste nada de ello. Un abrazo y saludos

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    1. Respecto al olor característico de las plumas Indias indicarte que esta se libra , aunque mi experiencia de uso no pudo ser mas nefesta , se despego la rosca metalica del acrilico tras abrirla un par de veces sin estrenarla y asi la tengo con el plumin incrustado en el capuchon y con miedo a sacarlo ( aprovecho para que me deis alguna idea para liberarlo ) . Lo dicho abstenerse hay mejores opciones en el mercado por este precio .

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    2. Gracias a los dos por los comentarios y los datos. Añadiré que el olor de las plumas indias suele centrarse en los modelos transparentes o translúcidos pero no en los realizados en resinas o ebonita. Un fuerte abrazo para ambos.

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  2. Una pinza quirúrgica o una de esas que se usan en electricidad o manualidades. Tomas firmemente la rosca y tratas de girar el capuchón. Eso si lo tienes disponible. No creo que merezca la pena ir a por una en las ferreterías y luego el epoxi para pegar de nuevo la pieza. En fin mientras escribo estas letras me convenzo de que es preferible tirar todo y ya. hahahaha. Gracias por aclararme lo del olor.

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    1. suscribo la idea de Leonardo. Un alicate de punta fina y tamaño pequeño será la solución casi con seguridad. También se puede utilizar un anillo de expansión colocado en el interior del plumín incrustado. Un fuerte abrazo

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  3. Gracias a ambos por los comentarios , intentaré lo del alicate de punta fina aunque ganas me dan de enviarla directamente al cubo de la basura . No obstante indicaros que Kandan.M.P de la
    Ranga Pen Company se ha ofrecido a enviarme una de reemplazo . Recibir un cordial saludo

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    1. En efecto, el servicio de Rango es más que razonable. Yo haría uso de su oferta. Un cordial saludo

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