sábado, 28 de octubre de 2017

Graf von Faber-Castell Guilloqué Burnt Orange: Una aristocrática elegancia

En 1993, la conocida empresa alemana Faber-Castell creó una nueva división que denominó Graf von Faber-Castell (GvFC). La idea era, como ocurre con numerosas empresas generalistas, segregar un segmento de su marca matriz con el objetivo puesto en un mercado más restringido y específico como es el del lujo.

Algún día trataremos las diferentes visiones del lujo que tienen las marcas alemanas, pero la de GvFC es ligeramente diferente. Pretende revivir viejos modelos de clásica  estética, puestos al día con materiales de alta calidad y originalidad.  La tecnología de estos instrumentos no iba a ser de vanguardia ni excesivamente compleja, limitándose al ya clásico cartucho/convertidor como sismtema de alimentación estándar. El punto fuerte iba a ser su estética.

Las líneas de trabajo de GvFC giran en torno a su modelo Classic que, con variaciones en forma y tamaño, configuran la práctica totalidad de su catálogo. Estéticamente, son plumas de formas extremadamente elegantes y esbeltas, muy influenciadas por los modelos clásicos de finales del Siglo XIX y primeros años del XX entre cuyos detalles más definitorios está su fabuloso clip del que daremos detalles más adelante.

La preciosa pluma que hoy presento es el modelo Guilloché , ligeramente más pequeña y bastante más ligera que el Classic aunque ambas comparten un diseño prácticamente idéntico. La pluma se presenta en una preciosa caja que se abre en forma de tríptico, mostrando una cuna de tres cuerpos donde pueden colocarse los instrumentos en cuestión.


La pluma viene protegida por un delicadísimo saco de lino con cierre de cordón, de gran belleza y funcionalidad.


Los modelos Guilloché se caracterizan por tener cuerpo de resina, en lugar de las maderas típicas que utilizan los Classic. La resina es autoportante, es decir, que no está apoyada en un tubo interior de latón como ocurre en el modelo Classic. Se trata de un material de gran calidad al que también se califica de precioso por seguir, como sabemos, la ya clásica denominación de Montblanc.


El cuerpo de la pluma está guilloqueado, una decoración tradicional en joyería y relojería que consiste en grabar un relieve combinando líneas rectas y curvas, trazadas a máquina o de forma artesanal con máquinas antiguas y buril para retirar la materia sobrante. La técnica fue inventada por un artesano llamado Guillot. Hay diferentes motivos de decoración guilloché: Côtes de Genève, Clous de Paris, Grain d’orge (grano de cebada), etc.


En el caso que nos ocupa, se trata de un grano de cebada que el fabricante advierte como realizado completamente a mano, no habiendo dos modelos idénticos. La belleza del trabajo es extraordinaria y la ejecución del guilloqueado, impecable.


El modelo que aquí se presenta es una edición especial en color naranja tostado, lanzada junto con otros dos (Rosa Eléctrico y Turquesa) durante el pasado verano.



La pluma es extraordinariamente llamativa pues combina de manera absolutamente armónica, la extraordinaria clasicidad de sus líneas con el atrevido color naranja, tan de moda en los últimos tiempos.


La combinación de la resina naranja y el rodiado del resto de la pluma, resulta enormemente atractivo.



Las formas generales de la Guilloché, son las ya conocidas de esta marca, básicamente cilíndricas, con una destacada limpieza y pureza de líneas que subraya los detalles estéticos más sobresalientes del modelo: el cuerpo guilloqueado, el rodiado de las piezas metálicas y el fabuloso clip. Mide 134 mm.


Todos los componentes metálicos de la pluma están rodiados con la máxima calidad. No hay defecto o mácula de ningún tipo y los remates y adornos, como el anillo dentado que remata el capuchón, son sencillamente perfectos.


La boquilla también está rodiada aunque su uso resulta muy cómodo y seguro ya que presenta una forma ahusada que permite un agarre perfecto. Eso sí, capta las huellas como un imán.


La pieza más destacada de la pluma es su capuchón, un elemento sobresaliente que el diseño general destaca. Se trata de un cilindro rematado en forma aflautada, es decir, con una boca mayor, que a su vez cierra con una superficie ligeramente convexa, bellamente rodeada por un círculo dentado. Se ajusta a presión.


La pluma es muy equilibrada cuando se escribe con ella aunque no es fácil hacerlo con el capuchón posteado. En este caso, resulta demasiado pesada en la parte trasera y ello hace que no resulte cómoda.


El clip es, probablemente, el más bello que hoy existe en el mercado y, sin duda ninguna, el más funcional.  Se trata de una pieza articulada con un soporte unido al capuchón y un muelle que sirve de apoyo al cuerpo del clip que, a su vez, gira en torno a un pequeño pivote.


El accionamiento del mecanismo es perfecto y permite un ajuste seguro a prácticamente cualquier prenda. La belleza del mecanismo y su delicada realización, constituyen una inequívoca seña de identidad de esta pluma y de casi todo el catálogo de la empresa alemana.


La carga de esta pluma se verifica por cartucho/convertidor. El ejemplar viene equipado con uno de estos últimos, una pieza de calidad que contiene un muelle para evitar el efecto de la tensión superficial en la tinta. La medida del cartucho es universal.


El plumín, totalmente realizado a mano, es de un tamaño propocionado a la pluma. Se trata de un número 5, de oro rodiado de 18K. Es sobrio y elegante, únicamente grabado con el escudo de la marca sobre un fondo estriado.


El rendimiento de esta pluma es, como resultaba esperable al tratarse de una Faber-Castell, sencillamente soberbio. Se trata de un plumín muy rígido, pero con una suavidad extraordinaria, producto de un cuidadoso tallado de la punta. Aunque se trata de un punto fino, se comporta con mucha generosidad y un flujo perfecto. No hay interrupciones, dudas o imprecisión alguna. La pluma responde instantáneamente con una línea invariable y segura. Una verdadera delicia.


Siendo una pluma ligera, la escritura con ella resulta un verdadero placer. Permite largas sesiones sin fatiga o cansancio de ninguna clase. A quienes les gusten las plumas más grandes, puede resultarle algo liviana pero, en general, resulta muy confortable.


La Guilloché no es una pluma barata pues su precio de catálogo ronda los 300 euros. Hay muchas competidoras en este rango, pero pocas con la belleza, la finura y la elegancia de esta hermosa alemana.




10 comentarios:

  1. De esta pluma me gusta todo menos el capuchón, encuentro que es excesivo, aunque supongo que es lo que le da personalidad y en el fondo sólo es cuestión de gustos.

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    1. Así es, Alfonso. El capuchón es uno de sus rasgos distintivos aunque, como todo lo referente a la personalidad, está sometido a los gustos y preferencias del usuario. A mí me resulta muy atractivo, especialmente porque su tamaño es muy contenido. En otros modelos de la casa, de mucho mayor tamaño, el capuchón resulta algo más prominente y, en cierta medida, descompasado. Un cordial saludo

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  2. No tengo ninguna GvFC, pero sí varias Faber Castell del sector bajo... (loom, ondoro, etc.). El plumín de todas ellas es, cualitativamente, magnífico... Tengo ganas de probar el del sector "noble". Si es aún mejor, ya debe ser de ensueño... Un saludo y gracias por tu nota sobre tan bello ejemplar.

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    1. Gracias por tu mensaje Nauta; en efecto, los plumines de la casa alemana son todos sobresalientes, incluso los más humildes. Un saludo muy cordial

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  3. Desde niño me agrada el guilloché, mi abuelo tenía una lámpara de mano hecha de aluminio con éste terminado. Debo admitirlo, me quebre la cabeza intentando averiguar cómo es qué se podía obtener el resultado... Más mi decepción fue tal al saber cómo se hace el burdo proceso en la industria. Al ver el guilloché de esta pluma y saber que esta hecho a mano, se restauró aquel viejo gusto. Grandioso ejemplar. Un cordial saludo Capitán.

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  4. El capuchón de las Faber es una pieza aparte del resto, tiene muchísima personalidad. A mí personalmente me encanta. Antonio F.B.

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    1. Estamos de acuerdo, amigo Antonio. A mí me resulta enormemente atractivo aunque reconozco que su personalidad tan marcada puede generar algún rechazo. un saludo muy cordial

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  5. He sido resistente a las estilográficas con boquilla metálica, no solo por comodidad, sino porque son inexorablemente vulnerables a la corrosión de la tinta. Sin embargo, esta resulta tan hermosa que me hizo olvidar porque siempre he dejado a las GvFC apartadas de mi lista. Agradecido Pedro, hermoso ejemplar sin dudas.

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    1. Gracias por el comentario Leonardo. Coincido completamente contigo en la enorme belleza de este ejemplar, que hace olvidar posibles problemas de cualquier otra índole. Un fuerte abrazo, querido amigo.

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