domingo, 5 de noviembre de 2017

Sailor Arita Koransha, Sauces: El arte de la cerámica

La porcelana japonesa de Arita celebró su 400 aniversario de existencia y Sailor, siempre atenta a las tradiciones culturales niponas, decidió conmemorar tamaño evento dedicándole una escogida serie de plumas.

El término Porcelana de Arita se refiere a la porcelana fabricada en esa ciudad, Prefectura de Saga. En 1616, el ceramista coreano Ri Sanpei descubrió el caolín para la creación de porcelana en el monte Izumiyama y así fue como se fabricó por primera vez este producto en Japón. Aquellas primeras obras se exportaban a través despierto de Imari, que ha dado nombre a un estilo.

En 1689, Matashiro Fukagawa puso en funcionamiento el horno Koransha, en Arita,  con el que comenzó a fabricar una de las porcelanas más delicadas del mundo. Ya desde entonces, aquella porcelana se exportó a los cinco continentes. La fábrica actual data de 1879, fecha en que comenzó a apreciarse el estilo y la moda japonesa en Occidente.

Las estilográficas Arita Koransha son plumas que exhiben con orgullo algunos de los diseños más tradicionales de la fábrica. Se trata de una porcelana blanca pintada con lo que podrían denominarse delicadísimas sombras de color.


El estilo de los dibujos no es homogéneo porque la serie  contiene diferentes estilos, desde los más antiguos hasta los más modernos. Uno de los más destacados es el Gen-emon, basado en los más antiguos Imari.

La esencia de estas obras es que están realizadas completamente a mano, utilizando las técnicas tradicionales de la porcelana de Arita.

El trabajo en porcelana exige que cada artesano se ocupe de una parte muy concreta de la producción y que ésta sea perfecta. Algunas áreas de trabajo especialmente comprometidos son el torno, la pintura, el vitrificado y la cocción. Desde el barro utilizado hasta el combustible con el que se encienden los hornos (pino rojo japonés), todo está meticulosamente experimentado y tratado.

La pieza es una espléndida combinación de la cerámica de Arita con la resina negra típica de los modelos clásicos de Sailor


El tamaño no es excesivo, equivaliendo, más o menos, al de una 1911 Large.


Los remates, en cambio,son planos al estilo de las Professional Gear. La pluma se alimenta por cartucho/convertidor.


La cerámica es de un blanco inmaculado, adornada con dibujos en azul intenso.


Todos los dibujos están realizados a mano.


El motivo consiste en unos sauces en un paisaje montañoso. Al fondo, parecen verse las velas de un par de barcos.


Los remates de la cerámica son metálicos y aparecen dorados. Los anillos están dentados.


Como buena Sailor, los remates y fornituras son de excelente calidad.


El capuchón, de gran tamaño, está rematado por su parte inferior con un grueso anillo grabado con el nombre de la edición especial.


Los remates negros de la pluma son de resina negra, también de gran calidad.



La boquilla es también de resina. El plumín es un clásico 1911 Large de Sailor. Un elemento de primera categoría


La pluma es relativamente pesada, pero al no ser excesivamente grande, resulta perfectamente manejable. No es adecuado, sin embargo, usarla con el capuchón posteado pues resultado demasiado descompasada hacia atrás.


La Sailor Arita Koransha es, desde luego, una pieza digna de atención. No es la mejor para un uso cotidiano pero, como obra de arte, resulta sencillamente memorable.

Gracias a Ricardo, siempre generoso, por permitirme realizar este análisis.


12 comentarios:

  1. Tan bonita como poco práctica. Este ejemplar pertenece a ese grupo de plumas que no están destinadas a la escritura, sino a ser meros objetos de colección y/o decoración.

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    1. Gracias por tu comentario Alfonso. Te diré que esta pluma es perfectamente usable si bien comparto contigo que no es una pluma para llevar en el bolsillo. un saludo muy cordial

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  2. Preciosa. ¿Por qué poco práctica? Yo tuve una Jinhao 950, incomparable en cuanto a presencia y calidad pero creo que sí en cuanto a peso y usabilidad, y me parecía una pluma de lo más utilizable. Es más, sentir su elevado peso me resultaba muy agradable al escribir con ella. Esta política mía de tener sólo las plumas que voy a utilizar con regularidad resulta de lo más doloroso leyendo este blog. Mil gracias

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    1. Yo es que le doy mucha caña a mis plumas. La porcelana, aparte de pesada y por tanto no muy cómoda para escribir, es frágil, al primer golpe de astilla o agrieta. Con una Jinhao no hay problema, porque es barata, pero no creo que sea el caso de esta Sailor...

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    2. Gracias a los dos por vuestros comentarios. Hay plumas para todos los gustos y para cualquier escenario. Eso nos permite utilizar diferentes modelos en diversas circunstancias. Forma parte del encanto de la estilofilia. Un cordial saludo, queridos amigos

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  3. Totalmente cierto. Y aun así... En fin, vuelvo a mi realidad de plumas que pueda permitirme perder.

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  4. Plumas que pueda permitirme perder versus plumas que me pierdo por no podermelas permitir. He aquí la dicotomía en la que se halla toda persona aficionada a tan nobles artilugios.

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    1. Hahahahaha, me ha encantado tu "dicotomía". Genial.

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    2. Brillante y demoledor

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    3. Jajaja gracias. No me digan que no se lo han planteado alguna vez. Un abrazo.

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    4. Un abrazo estimado The-Joker. Planteado e impuesto. Contra eso no hay antídoto. A mi me ha encantado el uso del juego de palabras que has sabido combinar de manera magistral, como solo el gran Mario Moreno "Cantinflas", supo hacer. Genial repito..

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    5. Genial dilema, querido Joker. Bastante compartido, por cierto... un saludo muy cordial

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