lunes, 22 de abril de 2024

Jinhao Dadao 9019: Pluma del Año (?)

 En el ánalisis que hicimos de la Jinhao 9016, ya explicamos por qué los nuevos modelos de Jinhao estaban rompiendo moldes y haciéndose un hueco muy serio en el mercado mundial de las plumas de gama inferior. Por hacerlo corto, resultaba que un modelo de precio mínimo ofrecía una estética muy atractiva, soluciones técnicas novedosas, una construcción más que sólida y, sobre todo, un rendimiento excepcional. En realidad, la estilográfica china resultó ser una herramienta que conjugaba muy armónicamente todos estos valores con un precio final más que asequible.

Pero la 9016 no es más que la hermana pequeña de la pluma que rompió aguas en este proceso y que, en definitiva, fue el modelo pionero de Jinhao en su proceso de renovación. Se trata de la denominada Dadao 9016, una estilográfica discreta pero revolucionaria, en términos de la industria china, y que ha sabido hacerse un hueco en el interés de todo el universo estilófilo. Su distribución ha sido tan masiva como su éxito, hasta el punto de que no pocos analistas la han considerado la pluma del año 2023. Su increíble precio de 8 euros aproximadamente, la hacen inmediata acreedora de atención y, en muchísimos casos, de compra fulminante aunque solo sea por satisfacer la curiosidad. Veamos si hay razones para ello.

La 9019 no es una pluma totalmente nueva. En realidad, es descendiente estilística de la 159 original, un clon metálico y algo tosco de la Montblanc 149. La 159 era una pluma dura y muy barata, con un rendimiento bueno y una hermosa gama de colores para elegir. El modelo experimentó una evolución con la X159, un modelo fabricado en resina que, manteniendo sus formas habituales, se ha convertido en una pluma muchísimo más ligera y manejable. 

 La Dadao, por su parte, supone una enorme evolución con relación a la X159, hasta el punto de constituir un modelo totalmente nuevo, aunque se mueva en el mismo segmento de gama. Cambia el tamaño, el largo de la boquilla,  el capuchón, el clip, el plumín, el alimentador, y la forma del cuerpo, mucho más bulbosa. También ofrece una atractiva gama básica de colores solidos y transparentes. 

La 9019 es, también, una pluma de resina.  Esto le confiere una increíble ligereza pese a su imagen robusta y maciza. La resina es gruesa y de buena calidad y no se aprecian irregularidades, rugosidades o fisuras. El modelo que presento está fabricado en una hermosa resina especial transparente, de color verde hoja.

Tratándose de una pluma grande, 148 mm de largo, no resulta excesiva. Es tan manejable como una Safari o una 9016 aunque resulta notoriamente más gruesa. 

Si uno la mira atentamente, ya no le resultará tan parecida a la Montblanc 149 que remedaba la X159, sino que sus formas se aproximan mucho más a las de una Namiki, cuya estética general, formas redondeadas y clip acabado en bolita, nos resultan inconfundiblemente familiares.

En la mano, la 9019 es una pluma sumamente agradable, cómoda, ligera, manejable, fácilmente transportable y totalmente funcional. Nada estorba y nada sobra. el amante de líneas puras y limpias, apreciará este diseño. 

Las roscas están muy bien ejecutadas y funcionan a la perfección, si bien los materiales plásticos en contacto con el metal anuncian una cierta fragilidad tras un prolongado tiempo de uso.

El modelo está totalmente moldeado por inyección, de ahí los huecos apreciables en los extremos del capuchón y del cuerpo. Con todo, el proceso está impecablemente ejecutado, sin marcas o rebabas.

El clip recuerda inmediatamente al de las modernas Namiki si bien es necesario decir que este tipo de diseño no es específico de Pilot sino que se trata de un modelo antiguo, típico de muchas plumas de las primeras décadas del siglo XX como las Parker, Swan o Waterman, entre otras.


El capuchón es de una sola pieza ya que el clip se sujeta con un tornillo interior desmontable, al estilo de las grandes marcas. Esto es una absoluta novedad, como se puede apreciar si la vemos al lado de una X159.

También el cuerpo es de una sola pieza, mientras que en la X159 eran dos. 

Además, la parte trasera del cuerpo tiene unas protuberancias en forma de ojiva que le dan mayor resistencia además de ofrecer un alojamiento para el convertidor que, al ser introducido a fondo, queda perfectamente sujeto sin posibilidad de que se mueva.

La boquilla de la Dadao es muy cómoda, amplia y segura de asir. Escribir con ella resulta sumamente confortable. Sabida es mi afición por las plumas gruesas y mi opinión de que se ajustan a todo tipo de manos por pequeñas que sean. 

La rosca viene acompañada de una junta tórica para aislar la cavidad interior del cuerpo.

El plumín es un impresionante nº 8 de acero dorado, de notable factura. Su mecanizado es  muy correcto y una de las novedades de este modelo es que se ofrece con plumines de grosor M.  Aunque con un tintado algo irregular, contiene también el logotipo de la marca y la medida del plumín. 

El plumín y el cartucho que lo contiene, se pueden desenroscar de la boquilla, lo que facilita su limpieza y fácil  sustitución por cualquier otro. El cartucho está provisto de una junta tórica para garantizar su estanqueidad.

En este caso especial, al plumín es un especial heartbeat, o latido, una novedad que añade un componente estético muy agradable a la pieza sin que su rendimiento se vea en absoluto afectado. El plumín se complementa con un generoso alimentador de plástico.

La pluma carga por cartucho/convertidor. El de la 9019 es el novedoso convertidor ancho de doble labio que ya vimos en la 9016. Es una asombrosa pieza de impecable factura y gran capacidad.  La pieza roscada es de plástico transparente, algo más débil, pero con buen funcionamiento.

Sus elementos metálicos le dan solidez y el sistema de roscado a la boquilla aportan firmeza y estanqueidad al conjunto.

El plumín es un M estándar, perfectamente homologable con la medida europea, incluso me atrevería a decir que muy generoso, casi un B.  Cargada la pluma con un precioso Verde Retiro de Inkspiration, el caudal de la pluma fluye extraordinario, seguro y continuo. La línea que eroga es perfectamente húmeda y regular, una verdadera delicia. El apoyo en el papel es muy suave, sin resistencias ni rascados. Una soberbia experiencia de escritura, en definitiva. Hace muy pocos años, nadie habría atribuido jamás estas cualidades a un plumín chino.


Quisiera terminar con algunas consideraciones que van algo más allá de las habituales. Fijémonos en los últimos pasos de Jinhao y los finos matices con los que la casa viene modificando sus procesos de producción para ampliar su oferta y llevarla al siguiente nivel. La casa se encuentra, claramente, en una etapa de evolución como marca que confía en sus propias capacidades. La industria debería tener motivos para sentarse y tomar nota, porque las perspectivas para la competencia son siniestras, por decirlo suavemente. La 9019 es una pluma moldeada por inyección, lo que significa que los ejemplares que Jinhao puede colocar en el mercado son potencialmente innumerables. Esto, debido a las economías de escala, tiene un enorme impacto en los precios, difíciles de igualar a causa de las cifras típicamente limitadas de otros fabricantes, especialmente de los grandes competidores de Jinhao que no están en Europa, precisamente, sino en la India. La 9019 puede ser el comienzo de una nueva etapa para la industria china que planteará a los demás fabricantes retos difíciles de superar. Una cosa serán las pequeñas casas de tamaño boutique, que mantendrán su clientela, pero producir en masa para alcanzar cifras lo suficientemente grandes como para competir en los mercados globales, será una cosa diferente. Los días de colocar plumines Jowo y convertidores importados baratos en plumas pobremente mecanizadas y exigir precios altos, pueden haber terminado. 

Ya hace tiempo que me ocupo de la industria china como fenómeno global y parece que su ascendencia será solo cuestión de tiempo. Es por eso que la 9019 puede considerarse, en verdad, la pluma del año 2023 y no solo por sí misma, sino porque el mundo se ha convertido en su escenario.


martes, 16 de abril de 2024

Delta Dolce Vita Original Oversize. El Renacimiento.

 Mis amables lectores ya saben de mi pasión estética por las plumas italianas. Sigo pensando, a día de hoy, que se encuentran entre las más hermosas del mundo. El estilo italiano, su exquisitez, su atrevimiento, su gusto por los detalles, la elegancia de sus diseños y la belleza de sus materiales, hacen que la industria italiana de la estilográfica se la madre de inolvidables modelos.

Dentro de las marcas italianas modernas, Delta es una de mis favoritas. Especialmente me gustan sus diseños rotundos y consistentes, rectilíneos, con formas muy elegantes y una gama de colores muy cuidada y atractiva. Delta, quizá, no llegue a la delicadeza de las mejores Omas, ni a la osadía de las Marlen, ni a la originalidad de  algunas Visconti, pero ciertos hallazgos de la empresa napolitana se han convertido en iconos modernos. La Dolce Vita es uno de ellos.  

La casa napolitana Delta fue fundada en 1982 por Nino Marino, Ciro Matrone y Mario Muscente. Tras un largo recorrido y numerosos éxitos, la casa cerró en 2017, en plena crisis mundial de la estilográfica. Delta había jugado, como casi todas las marcas, al mercado del lujo y las ediciones especiales, y sufrió mucho con la crisis económica de aquellos años. Tras el cierre, Nino Marino fue contratado por Nettuno que, a la sazón, pertenecía a la casa Aurora. Marino creó la marca Maiora para crear una gama propia, además de la que seguiría comercializándose bajo la marca Nettuno. 

Cuando en 2022 la marca Delta salió a concurso, junto con todo su material almacenado, maquinaria y  equipamiento, fue adquirida por el empresario napolitano propietario de Maiora que, a la vez, se hizo con Makiaro. La casa napolitana se convirtió así en un grupo de empresas que incluía las marcas Maiora, Delta, Nettuno 1911, Makiaro y Nino Marino Signature. Cada una con su personalidad, sus objetivos y sus planes de trabajo. Delta volvía al mercado.

Marino se puso de inmediato manos a la obra y, aprovechando el material almacenado de Delta y su maquinaria de producción, reactivo la marca y empezó a colocar en el mercado plumas que aunaban la tradición de la casa y sus mejores ideas, junto con una filosofía de empresa que buscaba asumir la totalidad de la producción para que sus plumas fueran totalmente hechas en Italia, con estándares de calidad muy exigentes y un objetivo de mercado muy amplio. Actualmente, salvo el plumín, todas sus plumas están fabricadas por la casa. Las nuevas Delta atrajeron de inmediato la atención de los aficionados de todo el mundo. Y una de las estrellas de la nueva gama fue la revisión de la ya clásica Dolce Vita Oversize.

Como ya hemos visto anteriormente aquí, la Dolce Vita fue la afortunada heredera de la edición limitada y hoy muy buscada Colosseum, una pluma que introdujo una combinación de colores original y novedosa que se convirtió en todo un éxito, hasta el punto de dar paso a sucesivas versiones, en este caso ya no limitadas, que la siguieron. El buque insignia de la gama fue la Oversize, una pluma enorme, con un plumín nº 8 de 14K, que bebía de las clásicas plumas flat top de los años 20 y 30 como la legendaria Montblanc 139 a la que se parecía mucho. La Oversize se convirtió en el paradigma de las Dolce Vita. La Delta de Maiora, aprovechando la maquinaria y el material de la casa,  ha rescatado el que fue uno de sus mayores éxitos y que no he podido resistir la tentación de adquirir. Veamos cómo le ha sentado el paso del tiempo.

La DVOO es una pluma imponente. No es especialmente larga pero sí muy ancha y maciza. Mide 139.1 mm, ligerísimamente menos que la original, que medía 139.7. Es más corta que una Pelikan M1000 y que una Montblanc 149. 

Al ser tan gruesa y chata, aparenta ser más corta de lo que es, pero, al mismo tiempo, refuerza la imagen sólida, rotunda y poderosa de su figura. También contribuyen a ello sus líneas rectas y sus extremos truncados. Como hemos dicho más arriba, su imagen recuerda poderosamente a las grandes estilográficas de los años 20 y 30 de las que la Montblanc 139 es su epítome.

La tradicional combinación rojo-naranja de la estilográfica sigue teniendo el mismo atractivo de siempre. La resina  está soberbiamente pulida, sin que se aprecie la mínima rayadura o irregularidad.

En la pluma que presento, las fornituras de plata están chapadas en oro de 24K. La combinación en tonos dorados incrementa la calidez de la pieza.

Las resinas utilizadas son las originales  que se guardaban en el almacén de material que se cedió junto con la marca. Se trata del conocido sistema de incorporación de trozos de un color, posteriormente integrados en una pieza final que los refunde y contiene. De esta manera, la resina resultante no es monótona sino que presenta una gran profundidad, aumentada por el efecto que provoca la luz al incidir en los diferentes trozos de material embebidos de manera aleatoria en la pieza.

La DVOO se compone de tres piezas básicas: el cuerpo, el capuchón y la boquilla. El mecanizado de las piezas es formidable. Todo el torneado está realizado a mano y los bordes están primorosamente redondeados y suavizados.

El capuchón de la pluma conserva las señas de identidad de la DV de antaño. El clip es uno de los primeros que utilizó Delta, provisto de la ruedecita libre en el extremo que aporta un detalle clásico y elegante.

Las roscas están ejecutadas impecablemente y las paredes de la pluma muestran su calidad y fortaleza. La rosca interior del cuerpo es de latón, para reforzar su resistencia.

El remate superior del capuchón luce el clásico logotipo de la marca. 

En la parte opuesta al clip, aparece el logo de la marca y el modelo.

El anillo del capuchón, de plata maciza contrastada, es el bellísimo modelo tradicional de Delta, una greca labrada en altorrelieve de plata vermeil enmarcada por un anillo simple superior. Este anillo de la DV se ha convertido en una de sus señas de identidad.

El capuchón refleja también el nombre y marca del modelo, la marca y el número de fabricación. No se trata de una edición limitada, pero sí numerada, algo que ya hizo Delta en su primera etapa. En mi caso, se trata del ejemplar nº 123.

El cuerpo de la pluma no es cilíndrico sino ligeramente troncocónico, ensanchándose progresivamente hacia la parte trasera, donde se remata con una pieza de resina negra y un anillo de metal dorado.

La pluma carga por cartucho/convertidor y también como cuentagotas, listo para usarse ya que cuenta con una junta tórica al final de la rosca de la boquilla.

El convertidor está atornillado a la boquilla, garantizando la unión y estanqueidad del sistema.

Los plumines de la primera Delta estaban fabricados por Bock. Actualmente, los cambios habidos en la marca alemana y la gran mejora de calidad de los Jowo, ha hecho que la nueva Delta haya abandonado a Bock para  sus nuevos modelos. La DVOO calza un impresionante Jowo de oro de 18K en sustitución del anterior Bock de 14K.

El plumín tiene una decoración más simple, comparada con la del modelo antiguo. Muestra la marca junto con su logotipo y el contraste del oro de 18K, La pieza resulta sumamente atractiva por su gran tamaño y clásica elegancia. 

El plumín viene acompañado de un espléndido alimentador de ebonita, fabricado y ajustado por Delta en Nápoles. 

El diseño del alimentador, extremadamente estilizado y elegante, aporta a la pluma una gran ligereza y originalidad.

El cartucho que contiene el plumín y el alimentador es desmontable, lo que facilita su eventual sustitución.

El rendimiento de la DVOO es excepcional. El plumín Jowo responde plenamente a su categoría y está perfectamente alineado y dispuesto. La eficacia del alimentador de ebonita hace que la escritura con esta pluma sea muy suave y muy jugosa. Ni titubeos ni cortes de flujo por mínimos que sean. Una auténtica delicia. La anchura del instrumento hace que su manejo sea comodísimo, apto para largas sesiones de escritura sin provocar fatiga alguna.

El punto medio es generoso pero sin llegar a exceder su medida estándar. Los Jowo, como los Sailor, por ejemplo, dejan sentir un cierto mordiente al discurrir sobre el papel, especialmente si éste no es muy satinado. A mi juicio, es una sensación muy agradable.

La Delta DVOO es una pluma que se ha convertido en clásica. La nueva compañía ha rescatado la original, prácticamente en su totalidad, apenas introduciendo mínimos detalles estéticos que la mejoran  como el esbelto alimentador y el plumín Jowo de 18K. Todo ello hace de esta pluma un clásico renacido. A quien ya le gustaba, la encontrará irresistible, y  quien no, encontrará una nueva oportunidad de disfrutar de este gran modelo que ya se ha convertido en un icono. La pluma tienen un precio de catálogo de unos 750 euros. Paco Cruz, estilófilo de pro, amigo personal de Nino Marino y de tantos aficionados, es ahora distribuidor de Maiora y sus otras marcas, lo que le permite, en su conocida página web, ofrecerla por 550 euros, cantidad que convierte una pieza de esta categoría en un esperado renacimiento y, en definitiva, en mucho más que una tentación.

Esta pluma es muy especial por muchas razones, sobre todo, por la persona que me la regaló y a quien dedico esta entrada.


jueves, 14 de marzo de 2024

Las cinco mejores plumas del mundo (con estrambote)

 Como ya ocurrió cuando escribí sobre plumines, y en general siempre que hablo de colecciones, he de comenzar por advertir que ésta es una selección absolutamente particular, subjetiva, sesgada por mis propios gustos y abierta a toda discrepancia. Casi siempre que hago una lista de este estilo, surgen alarmadas voces discrepantes diciendo que la suya habría sido diferente, que he olvidado una u otra marca, o que se me ve el plumero (aunque esto último no he logrado nunca averiguar en qué consiste).

Mi idea no es buscar el agrado general ni corresponder al gusto de cada uno. Por el contrario, busco compartir una mínima colección de piezas seleccionadas por los años, el uso, y porque han demostrado, por múltiples razones, estar siempre entre mi lista de instrumentos de escritura favoritos. Cualquiera de estas plumas constituye, para mí, una obra de arte en sí misma y, sobre todo,  una herramienta paradigmática, insustituible y  única que demuestra lo que los modernos fabricantes son capaces de hacer cuando la tecnología se une a la experiencia, y la funcionalidad a la belleza.

Cada uno de los ejemplares que voy a presentar constituye un hito en la gama de cada casa, ahí donde el esfuerzo, el  diseño y la funcionalidad de la herramienta se unen para conseguir un producto atractivo, perfectamente  identificable, singular, que habla de las bondades de cada marca como el mejor pregonero. Cada una de estas estilográficas constituye  lo que mejor de lo que despachan, como decían nuestras abuelas. Son grandes porque a mí me gustan así y porque da la causalidad de que en los topes de gama de los mejores fabricantes suelen aparecer estilográficas enormes. Por algo será.

He seleccionado plumas relativamente normales. Todas son de serie, todas se fabrican actualmente, y no incluyo ediciones limitadas, especiales o exclusivas, ni plumas antiguas. Aún así, no son plumas baratas. Son estilográficas para disfrutar del placer de escribir, y he querido mostrar lo mejor, lo más florido y, al mismo tiempo, lo más utilizable. Sin reparar en gastos.

Hay plumas maravillosas en toda colección, pero el destino final de muchas suele ser una vitrina o un depósito para inversiones, pero no un bolsillo o la superficie cálida de un escritorio. Estas plumas que aquí presento, deben ser usadas, sopesadas, disfrutadas y activamente acompañadas por su dueño. Son bellísimos animales de compañía que necesitan ser acariciados.


Pelikan Souveran M1000

Será que los años me vuelven más rebelde o más sabio, según se mire, pero lo cierto es que los peros tradicionales que suelen aplicarse a esta maravillosa pluma se han ido desvaneciendo como un azucarillo en un té de menta. Su tamaño, su grosor, su plumín algo especial, sus posibles excesos de flujo, su peso... desaparecen tan pronto como uno siente sus formas en la mano. Sostenerla es blandir una espada de tinta, un cetro coronado que dirige la mano como si no hiciera falta impulsarla. 

Salvo por su imponente tamaño, no es una pluma ostentosa. Pese a su relativa novedad en el mercado (fue lanzada en 1998)  se ha convertido ya en todo un clásico.  Su consistencia, su aplomo, su formidable mecánica, su extraordinaria calidad de acabado y un rendimiento colosal, hacen que sea una pieza única en la gama alta alemana.  Para quien guste de las plumas grandes, como a este cronista, es una pieza imprescindible.  En torno a los 700 euros.


Sailor King of Pens

La KOP se ha convertido en toda una gama, de manera que ya no es fácil decir cuál de ellas me gusta más. Pero desde las versiones normales hasta las de ebonita y urushi, son todas estilográficas supremas. La limpia belleza de sus líneas, sus incomparables acabados y la compañía de uno de los mejores plumines del mundo, hacen de la KOP una pluma con muy pocos rivales. 

Su mecánica no es la más sofisticada, ni sus líneas rompedoras, pero la discreción, hermosura y elegancia de sus líneas clásicas y, sobre todo, la increíble eficacia de uno de los más bellos y mejores plumines del mundo, en oro de 21 K, la convierten en una extraordinaria compañera de escritura. La casa Sailor ofrece hoy multitud de variantes, acabados e incluso formas. El deseo de cualquier aficionado. Ha subido mucho de precio en los últimos años y se encuentra a partir de 1.300 euros.

Pilot Custom Urushi

De las plumas estándar de Pilot, la Custom Urushi de 2016 recoge lo mejor y más exquisito de la marca, para convertirse en su buque insignia. Es una pluma de líneas familiares de la gama Custom, con gran tamaño y un acabado espléndido en el que la laca urushi brilla en términos reales y figurados, y con un grandioso plumín nº 30 de desempeño sencillamente superlativo. Por decir algo que me gusta menos, hay partes de la pluma que no están lacadas y los dorados resultan algo prominentes.


Pese a todo, la clásica elegancia de sus líneas hace que sea una pluma muy hermosa. Por su parte, el fabuloso afinado del conjunto plumín/convertidor y su perfección mecánica, hacen de esta pluma una escritora ligera. infatigable, discreta, comodísima y fiable. Me gusta mas la negra porque integra visualmente mejor las pocas piezas que no están lacadas. Absolutamente insustituible. En torno a 1500 euros.


Nakaya Cigar 17 Aka-Tamenuri

Las Nakaya son algunas de las plumas más hermosas del mundo. Por sus sobrias líneas brilla discretamente el mejor urushi. Es una pluma con una legendaria  limpieza de diseño a la que se une el magnetismo de sus acabados. Las versiones más simples, sin clip ni adornos, pero con un diámetro especial de 17 mm (en lugar de los 15 habituales), son muy sencillas pero enormemente atractivas. Sus acabados en wajima urushi de la más alta calidad, unido a la variedad de su paleta, hace muy difícil elegir una, aunque yo me quedo con la aka-tamenuri, una combinación de fondo rojo con capa superior oscura que le da una profundidad de color absolutamente incomparable.


El plumín de la Nakaya es un soberbio Platinum, especialmente afinado y, en su caso, adaptado a la escritura del cliente. La ligereza de la ebonita y el fantástico desempeño del plumín, hacen del uso de esta pluma una verdadera delicia. A estas alturas, y aun tratándose de una marca relativamente moderna, todo un clásico. En torno a los 800 euros.

Montblanc 149

La 149 es una pluma que casi cualquier aficionado salvaría de un naufragio. Especialmente los modelos del siglo pasado, fabricados con unos estándares de calidad de primerísimo nivel. Sus líneas clásicas, sobrias pero contundentes, han sido siempre un paradigma.  Bendecida por un sin fin de variantes y modelos especiales que la tienen por base, el modelo básico sigue siendo un permanente objeto de deseo.

Pese a haber sido copiada hasta la saciedad, la originalidad, personalidad y poderosa presencia de la 149 siguen siendo foco de atención de todas las miradas. El plumín de la 149 es de los más hermosos jamás diseñados, con un tallado del iridio verdaderamente singular y un funcionamiento del todo impecable. El desempeño de la 149 es absolutamente intachable y, aunque ya se ha convertido en un modelo de lujo, sigue ofreciendo a sus usuarios estilófilos, la mejor de las experiencias en el ámbito de la escritura. Entrañable. Por siempre inolvidable. Alrededor de 1.000 euros.



Namiki nº 50

Dejo para el estrambote la que podría considerarse, probablemente, la mejor pluma del mundo. Es generalmente conocida como una pluma Emperor aunque, en el catálogo de Namiki aparece, simplemente, como Urushi Nº 50. 

Todo en este modelo es superlativo: su tamaño, sus acabados, su plumín, escribir... Sus imponentes dimensiones asustan a quien no la conoce, aunque escribir con ella es un puro placer desde el momento en que se acomoda entre los dedos. Da igual que el usuario tenga mano grande o pequeña, porque se ajusta como un guante a cualquiera. 

Mecánicamente, se trata de un cuentagotas con seguro. La extremada simplicidad de su diseño, contrasta con la envergadura de sus piezas, el cuidado en los detalles y la fabulosa ejecución de su lacado. Precisamente por su limpieza de líneas, la hermosura del urushi rojo (lo prefiero al negro) refulge como una espada. Es una pluma de escritorio, sin duda, pero en ése terreno sin comparación posible.

El plumín de oro de la 50 es único. Sus descomunal tamaño hace que la geometría funcional  de la escritura cambie con relación a la de las plumas ordinarias porque hay una mayor distancia entre la boquilla y el papel. Esto hace que jugar con las líneas se convierta en una experiencia inigualable.

 Siendo una pluma estándar, aunque de precio elevado, carece de verdaderos competidores. La reina de la escritura. Se puede conseguir una, con paciencia porque no hay muchas, por alrededor de 2.000 euros.

Espero haber entretenido a los amables lectores. Que cualquiera quite lo que le estorbe y añada lo que desee para configurar su propia lista. Sobre gustos, en realidad, está todo escrito, pero siempre hay hueco para algo más y a eso me dedico.